No es correcta. Las infecciones vaginales por hongos son frecuentes en las niñas, típicamente por Candida albicans. Pueden cursar con dolor, picor, enrojecimiento, flujo vaginal blanco y espeso, escozor o molestias al orinar. Aunque la paciente no tenía flujo, se tomó muestra para cultivo de la mucosa vulvar aislando Candida albicans, por lo que se trató con antifúngico tópico y oral. Sin embargo, en el seguimiento se observó la persistencia de las lesiones descritas en el caso, por lo que los dermatólogos descartaron el diagnóstico y prosiguieron el estudio diagnóstico.

No es correcta. La dermatitis anal estreptocócica afecta fundamentalmente a niños entre uno y diez años y es de predominio masculino. Las manifestaciones más frecuentes son dermatitis perianal, prurito anal y dolor rectal. En las niñas, la afectación suele ser más intensa, con descamación y extensión a la vulva, con presencia de flujo. La sospecha diagnóstica se ha de confirmar con la toma de frotis para cultivo bacteriológico, que nos determinará la presencia de estreptococo β-hemolítico, bien solo o asociado a otros microorganismos. En nuestro caso inicialmente se realizó un cultivo con aislamiento de Streptococcus pyogenes y H. influenzae, recibiendo tratamiento antibiótico. Sin embargo, tras el tratamiento persistía la coloración blanquecina en halo perivulvar, lo que exigió proseguir con el estudio diagnóstico.

Respuesta correcta.

El liquen escleroso (LE) es un trastorno mucocutáneo crónico que suele aparecer en región anogenital, afectando sobre todo a mujeres posmenopáusicas. Entre el 10-15% de los casos aparecen en niños o niñas menores de 13 años, con lesiones localizadas principalmente en vulva, periné y área perianal¹.

La localización extragenital es rara (< 10%). Las lesiones del LE adquieren una forma típica en “ocho” o en “ojo de cerradura” y no afectan a la mucosa vaginal. Clínicamente se caracteriza por máculas o pápulas de color blanco marfil que confluyen formando placas (figura 2). En su evolución, las lesiones se atrofian, produciendo equimosis intralesionales e hiperpigmentación. La sintomatología es muy variada: prurito, dolor, rectorragia, disuria o estreñimiento. Inicialmente suelen ser diagnosticados de vulvovaginitis inespecíficas o fisura anal por estreñimiento² y el diagnóstico suele ser tardío, como en nuestro caso. La etiología es desconocida, aunque factores genéticos, hormonales, autoinmunitarios e infecciosos se han implicado en su patogénesis³.

El tratamiento más eficaz es corticoide tópico de alta potencia. Respecto al pronóstico, son frecuentes las remisiones y recaídas, aunque en la pubertad algunos tienden a la resolución espontánea^2,3. Nuestra paciente recibió tratamiento tópico con mupirocina y fluticasona inicialmente a diario y luego en pauta de 1-2 días por semana alrededor de seis meses con resolución del cuadro.

No es correcta. El abuso sexual en niños se debe tener en cuenta como diagnóstico diferencial de lesiones recurrentes genitales. Las lesiones secundarias a abuso sexual pueden presentarse como erosiones, fisuras, hematomas, hemorragia y cicatrices secundarias en la zona anogenital. No suele existir en ellas hipopigmentación ni esclerosis. La existencia de prurito genital constante puede hacer que el paciente se genere erosiones y fisuras que pueden simular un abuso sexual. Por ello es importante hacer una anamnesis y exploración detallada para no cometer errores o acusaciones falsas. Por otro lado, hay que tener en cuenta que los diagnósticos diferenciales no son siempre excluyentes y pueden coexistir³.