No es correcta. El flutter auricular se produce por un mecanismo de reentrada a través de un circuito localizado habitualmente en la aurícula derecha, alrededor de la válvula tricúspide. En el ECG, es característica la imagen en dientes de sierra (onda F), con una frecuencia cardiaca y conducción auriculoventricular (AV) variables (la más frecuente 2:1, con frecuencia auricular 350-500 lpm y ventricular 175-250 lpm). En el ECG de nuestro paciente no se observan los dientes de sierra ni durante la taquicardia, ni durante el bloqueo del nodo AV tras administrar la medicación que revirtió la arritmia. El tratamiento mediante cardioversión eléctrica (1 J/kg) está indicado en los casos de flutter o TPSV en que hay inestabilidad hemodinámica. Si el paciente está estable, la amiodarona y propafenona pueden resultar efectivas para el control de la taquicardia por flutter auricular.

Respuesta correcta.

La taquicardia paroxística supraventricular es la arritmia sintomática más frecuente en la edad pediátrica, debutando de forma más frecuente en los menores de un año, siendo la causa más frecuente de taquicardia supraventricular en neonatos. Su origen más frecuente es la reentrada del impulso eléctrico tras atravesar el nodo AV, a través de una vía accesoria auriculoventricular o nodo-atrial. La imagen ECG se caracteriza por una frecuencia mayor de 200 lpm (generalmente fija, sin variación latido-latido), de inicio y final súbitos, con ausencia de ondas p delante de los complejos QRS y complejos QRS normales¹. Ante su aparición, se puede intentar frenar mediante maniobras vagales (aplicación de compresas con agua fría en la cara del paciente, inducir reflejo nauseoso, realizar maniobras de Valsalva), evitando en estas edades la compresión de los globos oculares. Cuando estas medidas no son efectivas, el tratamiento de elección para cesar la taquicardia es la administración de adenosina intravenosa (Administrar en bolos rápidos de 100-200 µg/kg), cuyo mecanismo de acción es el bloqueo del nodo AV durante escasos segundos². Nuestro paciente cesó la primera taquicardia al provocarse él mismo una reacción vagal con las náuseas, pero en el segundo episodio precisó un bolo de adenosina de 100 µg/kg para pasar a ritmo sinusal. Tras estos episodios se trasladó al hospital terciario de referencia donde se inició tratamiento preventivo con digoxina oral, encontrándose asintomático en la actualidad. Hay que destacar la importancia de obtener un registro electrocardiográfico en estos casos para poder valorar de forma correcta el episodio de taquicardia y la respuesta a los tratamientos empleados.

No es correcta. La taquicardia sinusal es frecuente en todas las edades. Puede ser una respuesta fisiológica a situaciones de ansiedad, al dolor, la deshidratación o la fiebre, aunque también puede ser consecuencia de patologías como miocardiopatías o insuficiencia cardiaca congestiva. El ECG se caracteriza por ondas p de morfología y eje normal, que preceden a todos los complejos QRS, pero a una frecuencia mayor de la esperada para la edad (> 160 lpm en lactantes y > 140 lpm en niños). En general, se alcanzan frecuencias mayores de 200 lpm y no es fija. El tratamiento consiste en tratar la causa subyacente.

No es correcta. La fibrilación auricular se produce como consecuencia de múltiples, y continuamente cambiantes, circuitos de reentrada en una o ambas aurículas. Muy poco frecuente en niños, salvo tras cirugía cardiaca. En el ECG, se observa ausencia de ondas p, que son substituidas por pequeñas ondulaciones irregulares (ondas f), más visibles en derivaciones precordiales derechas, con ritmo rápido y respuesta ventricular irregularmente irregular (conducción AV variable).