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Artículo original: Massignan C, Cardoso M, Porporatti AL, Aydinoz S, de Luca Canto G, Mezzomo LA, et al. Signs and symptoms of primary tooth eruption: a meta-analysis. Pediatrics. 2016;137:e20153501. |

RESUMEN

Metanálisis que evalúa la aparición de signos y síntomas locales y sistémicos durante la erupción de dientes deciduos en niños sanos menores de 36 meses.

Se analizan bases de datos internacionales (Latin American and Caribbean Health Sciences, PubMed, ProQuest, Scopus, y Web of Science) y también se incluyó literatura gris mediante Google Scholar. Se identificaron 1179 artículos, de los cuales se incluyeron 16 artículos seleccionados por dos autores encargados de extraer los datos de forma independiente y un tercer autor para resolver dudas por consenso.

La prevalencia global de los signos y síntomas durante la erupción primaria fue del 70,5% (muestra total = 3506). La irritación gingival (86,81%), irritabilidad (68,19%), y el babeo (55,72%) fueron los más frecuentes.

Se constatan algunas pruebas sobre la aparición de signos y síntomas durante la erupción de los dientes deciduos. La erupción dental podría asociarse con un aumento de la temperatura corporal, pero no se caracterizó como fiebre.

PERLAS CLÍNICAS

  1. ¿Cuándo erupcionan los dientes primarios, temporales, deciduos o “de leche”?

    El intervalo de erupción cronológica de cada par de dientes homólogos suele ser de 2-3 meses. Una vez que han hecho erupción los ocho incisivos hay un periodo de descanso en la erupción dental de 4-6 meses.

    El segundo grupo de dientes hace su erupción hacia los 16 meses con los primeros molares y a los 20 meses con los caninos. El periodo de erupción de este segundo grupo de dientes es de seis meses y le sigue también un periodo silente de 4-6 meses.

    El tercer grupo de dientes que hacen su erupción son los cuatro segundos molares, que tardan en salir alrededor de cuatro meses. La dentición temporal completa se alcanza entre los 24 y 36 meses de edad.

  2. ¿Cuáles son las manifestaciones clínicas que podemos encontrar con la erupción dental?

    Actualmente hay mucha controversia al respecto, y el nivel de evidencia de los estudios es baja.

    La prevalencia de los signos y síntomas de la erupción primaria en el metanálisis muestra la irritación gingival (86,81%), la irritabilidad (68,19%), y el aumento de salivación (55,72%) como los más frecuentes. Con menor frecuencia, se ha comunicado el hábito de chuparse el dedo, la pérdida de apetito, las alteraciones del sueño, la fiebre, la diarrea, el exantema facial y los vómitos.

  3. ¿Tiene relación la fiebre de los niños con la erupción de la dentición temporal?

    Aunque se constata un leve aumento de temperatura en algunos estudios en aquellos niños con erupción dental temporal, en ningún caso es una temperatura que entre en el intervalo de fiebre, considerando como tal una temperatura > 37,5 °C a nivel timpánico o > 38 °C a nivel rectal.

    Por tanto, la presencia de fiebre no se puede considerar a estas edades asociada a la dentición.

APUNTE METODOLÓGICO

Este metanálisis se encuentra directamente con algunas limitaciones, como la consideración de diferentes síntomas generales entre los estudios y la existencia de factores de confusión en algunos de ellos. Asimismo, los exámenes se realizan en intervalos largos de tiempo y en la mayoría de los estudios no exponen una definición clara de los métodos de diagnóstico, todo lo cual podría comprometer la correcta recopilación de datos. Además, algunos síntomas no utilizaron medidas objetivas y otros necesitarían un examen más específico para un diagnóstico concluyente.

La mayoría de los estudios seleccionados demostraron un alto riesgo de sesgo, especialmente en relación al diseño. Y los artículos con un menor riesgo de sesgo tenían poco tamaño muestral.

EN PERSPECTIVA

  1. El proceso de la dentición comienza cuando el niño tiene de seis a ocho meses de edad. Todos los 20 dientes primarios o temporales deberán estar presentes en la boca a los 30-36 meses. La aparición de estos primeros dientes en la cavidad oral es motivo de ilusión para los padres y de preocupación al mismo tiempo, ya que a veces parece que se asocia con otros síntomas y signos sistémicos y/o locales1.
  2. ¿Qué síntomas acompañan a la erupción dentaria? Hay muchos mitos al respecto. Puede haber molestias generales como irritabilidad, febrícula, aumento de salivación o rechazo de la alimentación, por lo general, son leves y ceden en poco tiempo. A nivel local, la encía perforada por el diente emergente puede estar enrojecida, provocando inflamación gingival, que es el signo más frecuente1,2.

    En cambio, no se ha demostrado una relación causa-efecto entre la erupción dentaria y otros síntomas. No pueden atribuirse solo a la dentición síntomas graves con fiebre elevada o persistente o un estado de gravedad del niño3.

  3. Lo más probable es que la dentición sea una especie de alerta de otros sucesos que ocurren entre los seis y 24 meses de edad, después de un periodo de calma relativa que suele vivirse durante el primer semestre. Estos eventos incluyen la repentina aparición de infecciones de vías aéreas superiores y del oído medio, así como episodios diarreicos e infecciones de la cavidad oral como gingivoestomatitis herpética. Todo ello seguramente en relación con la tendencia marcada de los bebés por llevarse a la boca todo lo que encuentran a su alrededor, a la coincidencia de que para estas fechas inician destete (y con ello se privan del aporte de elementos que acudían en apoyo de su sistema inmunológico) y, especialmente, por la incorporación de muchos lactantes a centros escolares. Y en este contexto, la dentición es un hecho casual, pero no causal de estos síntomas3.
  4. En caso de coexistir la aparición de los dientes con cuadros de infección de cualquier origen, debe siempre considerarse que son eventos separados, sin considerarlo simplemente como consecuencia de la erupción dental, lo que podría acarrear un retraso en el proceso diagnóstico y terapéutico innecesario3,4.

    Los datos proporcionados por este metanálisis no resuelven el debate debido a la poca evidencia que el estudio nos devuelve al respecto. Parece razonable pensar que no haya asociación entre estos signos y síntomas asociados, aunque sí que se justifique un aumento leve (y no significativo clínicamente) de la temperatura basal.

Bibliografía

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