Estamos en un centro de salud, solo podemos valorar la existencia de cuerpos cetónicos urinarios que orienten a dicho diagnóstico y la exploración clínica del paciente en el momento de consulta, que es rigurosamente normal. En el Servicio de Urgencias del hospital podremos obtener gasometría venosa y una determinación de cetonemia que nos permitan descartar dicho diagnóstico.

Es posible, aunque sería primordial en este caso descartar antes un debut diabético con o sin complicaciones.

Es una urgencia psicosocial en este caso saber que ocurre a nivel emocional y comportamental para prevenir posibles y nuevas autoagresiones. Quizás su interés es llamar la atención de los padres, es necesario trabajar la autoestima.

Es necesario en un primer momento valorar la existencia de una cetoacidosis diabética, lo que obligaría a derivar al hospital. Si no la presenta, es primordial despistar un debut diabético sin cetoacidosis o intolerancia a la glucosa para lo que realizaríamos una curva de glucemia durante un día completo. Si todo es normal y el hallazgo encontrado no concuerda con un trastorno en el metabolismo de la glucosa, habrá que pensar de nuevo en una autoagresión. Hay que retomar el manejo psicológico del paciente, investigar a qué motivaciones responde dicho comportamiento y alertar a la familia de nuevo de la vigilancia y necesidad de supervisión del menor que, evidentemente, presenta un trastorno del comportamiento.