Generalmente se produce a partir de la segunda semana del inicio de los síntomas. Se ha formulado como modelo fisiopatológico el desarrollo de un cuadro similar al síndrome de activación macrofágico. Con este síndrome, la enfermedad COVID-19 grave comparte varias similitudes, como la presencia de determinadas alteraciones analíticas (elevación de ferritina, dímero D y citoquinas).

La anosmia y disgeusia son síntomas característicos de la infección por SARS-CoV-2, pero no son patognomónicos debido a que pueden presentarse en otras enfermedades. En niños, posiblemente por la dificultad en verbalizar ambos síntomas, sean datos difíciles de valorar, aunque también se han descrito, principalmente en adolescentes.

La linfopenia, junto a la elevación del dímero D, la ferritina y la IL-6, son marcadores analíticos que se han asociado a mayor gravedad. Sin embargo, son alteraciones menos frecuentes en los niños con enfermedad COVID-19.

4. Entre los hallazgos frecuentes en la radiografía de tórax simple de la neumonía por SARS-CoV-2 se han descrito la presencia de infiltrados pulmonares bilaterales con distribución periférica.