La fractura de rótula es rara en niños. A menudo involucra al polo inferior de la rótula en forma de avulsión osteocondral, difícil de apreciar en radiografía simple¹. En algunos casos, la presencia de una patella alta puede ser el único signo (que puede medirse con la relación Insall-Salvati). La alteración en la extensión de la articulación femoropatelar también puede hallarse en algunos pacientes.

La rótula bipartita tiene una prevalencia del 2% en la población general. Suele ser bilateral, y cursar de forma asintomática. Sin embargo, en ocasiones puede producir dolor tras traumatismo o ejercicio físico intenso en relación el aumento de movilidad del fragmento. Se recomienda tratamiento conservador con reposo relativo y antiinflamatorios no esteroideos. En los casos refractarios puede optarse por intervención quirúrgica, ya sea escisión del fragmento vía abierta o vía artroscópica, ambos con buenos resultados². En el caso de nuestro paciente, se contactó telefónicamente con Traumatología Infantil de nuestro hospital, quien corroboró que los hallazgos radiológicos eran compatibles con patella bipartita (el diagnóstico diferencial entre fracturas de la rótula y los centros de osificación no fusionados se basa en la observación de bordes corticales e hipertrofia de los segmentos accesorios). Se instauró tratamiento conservador, basado en reposo y antiinflamatorios no esteroideos, que fue satisfactorio, con desaparición de los síntomas en los días posteriores.

En la luxación congénita de rótula, esta se encuentra desplazada lateralmente al cóndilo femoral externo. Puede retrasarse su diagnóstico, pero suele evidenciarse cuando el niño comienza a caminar por la presencia de flexo irreductible de la rodilla, con valgo³.

La enfermedad de Osgood-Schlatter es una epifisitis de crecimiento que afecta a la tuberosidad anterior tibial. La etiología es mecánica, producida por microtraumatismos por tracción excesiva del tendón rotuliano en su inserción tibial. En raras ocasiones puede producirse avulsión de la tuberosidad. Ocurre en adolescentes entre 10 y 14 años, relacionado con actividad física regular en el 50% de los casos³. El paciente localiza el dolor a punta de dedo, con cierto carácter inflamatorio, que cede habitualmente con reposo. El diagnóstico no ofrece dudas: se aprecia como tumefacción dolorosa en la tuberosidad anterior de la tibia, con dolor a la flexoextensión de la rodilla. Radiológicamente suele observarse una irregularidad y esclerosis característica (se observaría mejor en proyección lateral), que descarta la presencia de tumor o infección.