La dermatitis atópica es un trastorno muy común durante la infancia, que suele iniciarse en periodo de lactante. Se caracteriza principalmente por sequedad cutánea y prurito intenso. El frotado constante (debido al picor) incrementa la inflamación y liquenificación. Las lesiones se manifiestan como vesículas cutáneas rojizas, pequeñas con una superficie espongiforme, que posteriormente presentarán descamación y zonas exudativas con costras húmedas, fisuras y liquenificación. Sin embargo, es rara la presencia de pústulas¹.

La escabiosis o sarna es debida a una infestación epidémica superficial por el ácaro S. scabiei variedad hominis. La transmisión por lo general tiene lugar a través del contacto entre la piel y los fómites. El síntoma fundamental es una erupción intensamente pruriginosa que en lactantes y neonatos suele tener características especiales. El exantema fluctúa desde una mínima presencia en los miembros superiores hasta la eritrodermia generalizada. Es necesario realizar una historia clínica minuciosa, incidiendo en ambiente familiar para diferenciar de otras pustulosis neonatales. Constituye un problema de Salud Pública y suele cursar en brotes que en ocasiones son difíciles de erradicar. El tratamiento farmacológico de primera elección es permetrina tópica, que se aplicará por la noche, en una fina capa por toda la superficie cutánea en los menores de 2 años, incluyendo el cuero cabelludo, y se retirará la mañana siguiente. Todos los convivientes deben aplicarse el tratamiento el mismo día y debe acompañarse de unas correctas medidas higiénicas específicas que debemos explicar con claridad².

La melanosis pustulosa neonatal transitoria es una dermatosis neonatal benigna más frecuente en lactantes afroamericanos. La lesión inicial en una vesiculopústula, que puede estar presente ya al nacer o aparecer más tarde. Cuando se rompe, deja un collarete característico con escamas superficiales. Las lesiones afectan con más frecuencia a frente, cuello, barbilla y espalda, pero pueden extenderse a otras zonas³.

El eritema tóxico-alérgico del recién nacido es una erupción frecuente, asintomática y completamente benigna, que aparece en los 2 primeros meses de vida. Las lesiones son máculas eritematosas, sobre las que pueden desarrollarse pápulas y pústulas. Se resuelve espontáneamente y no requiere tratamiento³.