Se descartó el tratamiento con toxina botulínica por falta de experiencia y de acuerdo con los expertos, y se retiró la oxibutirina, pues puede afectar a la motilidad esofágica, tras lo cual la paciente tuvo otra infección del tracto urinario febril.
Se optó por hacer dilataciones esofágicas, aunque no se vio mejoría en un mes y los vómitos persistían, por lo que se puso una sonda y finalmente se optó por la cirugía: se le realizó una esofagomiotomía de Heller más funduplicatura antirreflujo.
La niña mejoró muchísimo, pues los síntomas desparecieron, aunque al cabo de 4-5 años han aparecido nuevos signos de acalasia residual leve.
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