En la imagen se aprecia una fractura.

En la imagen no se aprecia pérdida de continuidad ósea de ningún arco costal.

Las fracturas esternales se consideran infrecuentes en pediatría. Aunque en el adulto, estas fracturas están habitualmente asociadas a traumatismos de alta energía, en el niño la mayoría son debidas a traumatismos menores sin lesiones asociadas¹. En la mayoría de los casos, su diagnóstico inicial se realiza con radiografías laterales de tórax y esternón, como en el caso de nuestro paciente, en el que podemos apreciar un trazo de fractura horizontal en tercio medio de cuerpo esternal que afecta a la cortical anterior y posterior, sin desplazamiento de los fragmentos óseos (figura 2). La tomografía computarizada, por su parte, constituye la técnica de elección en traumatismos de alta energía. La ecografía también podría usarse para realizar un diagnóstico inicial en traumatismos de baja energía¹, recomendándose su realización en todos los casos para descartar afectación cardiaca, ya que las manifestaciones cardiológicas son muy raras en pacientes con fractura esternal aislada, pudiendo enmascarar su diagnóstico². Por lo general, un tratamiento conservador con analgesia pautada y control por su pediatra es suficiente en fracturas esternales únicas no desplazadas sin lesiones de órganos asociadas³.

Los signos radiográficos sugestivos de neumomediastino incluirían un trazo radiolúcido que delinearía las estructuras mediastínicas, elevando la pleura mediastínica y con frecuencia extendiéndose al cuello o a la pared torácica. En una proyección lateral, este trazo radiolúcido podría delinear la aorta ascendente, el arco aórtico, las áreas retroesternal, precardíaca, periaórtica y peritraqueal. Ninguno de estos signos estuvo presente en nuestro paciente⁴.