Hacemos uso de cookies. Al utilizar nuestros servicios, consideramos que acepta su uso. Más información.
Más información

Artículos originales:

Gallego Iborra A, García Aguado J, Pallás Alonso CR, Rando Diego A, San Miguel Muñoz MJ, Sánchez Ruiz-Cabello FJ, et al. Cribado de la depresión mayor en la infancia y adolescencia (parte 1). Rev Pediatr Aten Primaria. 2020;22:195-206.

Gallego Iborra A, Pallás Alonso CR, Rando Diego A, San Miguel Muñoz MJ, Sánchez Ruiz-Cabello FJ, Colomer Revuelta J, et al. Cribado de la depresión mayor en la infancia y adolescencia (parte 2). Rev Pediatr Aten Primaria. 2020;22:311-21.

Resumen

 

Los trastornos depresivos pueden aparecer a cualquier edad, nivel cultural o socioeconómico, con la peculiaridad de que, si se instauran durante la edad pediátrica, tienden a hacerse crónicos, con recurrencias y con riesgo aumentado de padecer depresión durante la edad adulta. La depresión mayor está detrás del 90% de los adolescentes que desarrollan conducta suicida, según la Organización Mundial de Salud (OMS) el suicidio es la segunda causa de muerte entre jóvenes de 19 a 24 años.

La presentación clínica es de una gran variabilidad, siendo en ocasiones en la edad pediátrica más la irritabilidad, somatizaciones, alteraciones conductuales, del sueño o de la alimentación, más que la tristeza, el síntoma más dominante.

La gravedad del cuadro, junto a las dificultades diagnósticas, es lo que lleva a plantear al Grupo PrevInfad la pregunta del posible uso de cuestionarios de cribado en el contexto de la consulta pediátrica, que faciliten el diagnóstico precoz. Dichos cuestionarios deberían estar validados, tener buena sensibilidad, y para poder recomendar su uso se debe establecer la existencia de recursos sanitarios que ofrezcan un tratamiento eficaz para el problema detectado y con los menores efectos secundarios posibles.

Los cuestionarios mejor estudiados son el Beck Depression Inventory (BDI) y el Patient Health Questionnaire for Adolescents (PHQ-A). Este último es más fácil de pasar y contiene preguntas específicas para el suicidio, validado en población española adulta, y en población adolescente norteamericana.

En cuanto al tratamiento, se basa en la psicoterapia (fundamentalmente cognitivo-conductual y terapia interpersonal) sola o combinada con fármacos en función de la gravedad. En cuanto a los efectos secundarios de los fármacos antidepresivos, el más temido es el incremento de la conducta suicida, que no debe contraindicar su uso, dado que se ha demostrado mayor beneficio que riesgo, pero que sí obliga a monitorización estrecha al principio del tratamiento y cada vez que se efectúe cambio de dosis.

En ausencia de evidencia de eficacia de la psicoterapia en niños para tratar la depresión, no parece indicado realizar un cribado universal en la consulta. En cuanto a los adolescentes a partir de 12 años, sería adecuado ya que el tratamiento es eficaz, siempre y cuando se disponga de un cuestionario validado en nuestra población.

De cualquier forma, dada la importancia de la depresión mayor como enfermedad crónica con alta carga de morbilidad, riesgo de mortalidad, carga social y personal y con potencial de mejoría con tratamiento, el pediatra de Atención Primaria debería desa­rrollar habilidades de comunicación y escucha activa, y estar entrenado en la detección de síntomas de depresión, en la evaluación de factores de riesgo y de situaciones vitales estresantes y en la exploración de la conducta suicida en caso de sospecha de depresión mayor.

Leer texto completo (parte 1) en Revista de Pediatría de Atención Primaria.

Leer texto completo (parte 2) en Revista de Pediatría de Atención Primaria.

Pantalla 1 de 6
>

No hay comentarios
Esta actividad no admite más comentarios
Compartir