Hiperproducción láctea: ¿cuándo se resuelve?
Típicamente, el cuadro se resuelva con el tiempo, de modo que gradualmente se va ajustando la producción de leche a las necesidades del niño. La mayoría de las madres refieren que se ha controlado por completo antes de los tres meses de edad del niño.
¿Se resuelve solo siempre?
Existen casos persistentes, en estos se debe evaluar la posibilidad de consumo materno de drogas que aumentan la producción de leche, como agentes dopaminérgicos o ciertas hierbas, y en función de la clínica valorar pedir niveles de prolactina. Además, habría que descartar trastornos tiroideos (tanto hipo- como hipertiroidismo), ya que el control de las hormonas tiroideas sobre la producción de leche es un factor importante.
¿Si no lo diagnosticamos…?
Es importante detectar este problema, tanto por las molestias que causa a la madre como por la repercusión sobre el niño, desde episodios de atragantamiento, a llanto e irritabilidad, que pueden confundirse con cólicos del lactante. Hay que considerar que pueden coger peso muy rápidamente o, si se mantiene el problema en el tiempo, pueden sufrir todo lo contrario, un estancamiento ponderal al no tener el aporte adecuado y balanceado de hidratos de carbono, proteínas y grasas, debido al desequilibrio que se produce entre la ingesta de leche del inicio y la leche del final de la toma.
¿Se puede confundir con alguna otra cosa?
También pueden ser diagnosticados de sospecha de intolerancia a la lactosa o a las proteínas de la leche de vaca, de reflujo patológico o de hipertonía, a causa al llanto, las regurgitaciones frecuentes, las posturas adoptadas durante las tomas y las deposiciones líquidas y espumosas, por lo que la historia clínica detallada, la exploración y el diagnóstico diferencial son fundamentales.
Resumiendo, en nuestro caso…
Si bien el primer episodio de cianosis no parecía tener relación con la ingesta, en los demás sí se pudo constatar esa relación, además de una franca sobreproducción de leche materna de forma brusca a partir de las 48 horas de vida. Este contexto clínico, junto con los estudios complementarios, permitió realizar un diagnóstico definitivo y modificar las pautas de alimentación logrando la desaparición de los episodios de cianosis y la regulación progresiva de la producción de leche materna.