Artículo original:
Ribes-Koninckx C, Donat E, Benninga MA, Broekaert IJ, Gottrand F, Kolho KL, et al. The Use of Fecal Calprotectin Testing in Paediatric Disorders: A Position Paper of the European Society for Paediatric Gastroenterology and Nutrition Gastroenterology Committee. J Pediatr Gastroenterol Nutr. 2021;72:617-40.
Se ha realizado una revisión sistemática de la literatura sobre la utilidad de la calprotectina fecal (CF) en los diferentes trastornos gastrointestinales en niños, puesto que su uso como marcador potencial de inflamación intestinal ha incrementado de manera considerable. La principal indicación de su uso es para el diagnóstico y monitorización de le Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII). También tendría su utilidad la determinación seriada como despistaje de la enterocolitis necrotizante y en pacientes con púrpura de Schönlein-Henoch para valorar la afectación intestinal si no presentan un sangrado activo.
Con respecto a otras entidades, si bien se ha observado niveles de CF elevados en alguna de ellas, no hay suficiente evidencia en cuanto a su utilidad como herramienta diagnóstica o para valorar pronóstico o respuesta al tratamiento, por lo que en el momento actual no se recomienda su uso de manera rutinaria si no hay otras situaciones relevantes concomitantes.
Los valores de CF en la edad pediátrica son mayores que en los adultos y se observa una tendencia descendente conforme aumenta la edad. En los menores de 4 años no se recomienda el uso de valores de corte menores a 100 µ/g. En los menores de un año la CF puede estar elevada sin presentar ninguna causa de inflamación o patología inflamatoria subyacente.
En los niños mayores de 4 años se pueden usar los valores de referencia del adulto (50 µ/g) si bien los niños sanos de esta edad pueden tener valores incluso superiores a 100 µ/g sin asociarse a ninguna patología gastrointestinal.
Puede aumentar los valores si se recoge la muestra del pañal, si hay sangre en la deposición o por el uso de determinados fármacos como antiinflamatorios no esteroideos (AINE) o inhibidores de la bomba de protones (IBP). También se pueden ver afectados si se recoge tras la preparación para una colonoscopia.
No afecta sus resultados la dieta ni la hora del día en la que se recoja y la muestra puede almacenarse hasta 3 días a temperatura ambiente y hasta 7 si se refrigera de forma inmediata tras la recogida.
La CF es mejor indicador de inflamación que los biomarcadores serológicos (proteína C reactiva [PCR] o velocidad de sedimentación globular [VSG]). Sin embargo, ante una alta sospecha de EII no se debe esperar al resultado de la CF para realizar un estudio endoscópico.
No es útil sin embargo para poder diferenciar entre enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa (CU) ni para predecir la respuesta al tratamiento. No es un marcador pronóstico ante una CU grave.
Su uso de manera seriada (mínimo cada 6 meses) permite confirmar remisión en un paciente asintomático, así como valorar la recaída y considerar la realización de una endoscopia si sus valores aumentan a más de 300 µ/g.
En los niños con dolor abdominal la CF permite diferenciar causas funcionales de orgánicas, si bien los pacientes con síndrome de intestino irritable pueden presentar niveles de CF ligeramente superiores a los de los pacientes sanos, pero claramente inferiores a niños con EII. No se recomienda su uso en paciente con cólico infantil ni estreñimiento funcional, puesto que no es útil en su diagnóstico.
La dificultad para establecer los valores de normalidad en la población pediátrica se debe a la gran variabilidad entre individuos debido a múltiples factores como la edad, fármacos, microbiota y otros factores y esto limita la evidencia y la realización de recomendaciones contundentes. Los trabajos publicados son muy heterogéneos en cuanto al método empleado (método de extracción kit, evaluación de los resultados de los valores de referencia) y población estudiada por lo que los resultados son difíciles de comparar.
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