La taquipnea transitoria se caracteriza por un cuadro de dificultad respiratoria presente desde el nacimiento o en las 2 horas posteriores, en el que predomina la taquipnea, y en las formas graves quejido, cianosis y retracción costal. Se estima una incidencia de 11‰ nacidos vivos y supone el 32% de los cuadros de distrés respiratorio neonatal¹. El diagnóstico es clínico y los hallazgos radiológicos son inespecíficos.

El neumomediastino neonatal ocurre en aproximadamente 2,5‰ nacidos vivos². Se produce por la presencia de aire ectópico en el espacio mediastínico. Se clasifica en iatrogénico (generalmente asociado a asistencia respiratoria) y espontáneo (poco frecuente en la edad pediátrica, exceptuando el periodo neonatal). Radiológicamente es característico el desplazamiento de los lóbulos tímicos hacia arriba (signo de ala de ángel) (figura 2) junto con una imagen hiperclara que rodea los bordes cardiacos (signo del aire paracardial)³. Las manifestaciones clínicas son muy variables. A la auscultación, suele apreciarse disminución de los tonos cardiacos. El tratamiento es conservador en la mayoría de los casos, mejorando rápidamente. En nuestro caso el neumomediastino fue espontáneo, ya que no precisó soporte respiratorio previo al inicio de la clínica.

Fig. 2. Se aprecia aire ectópico que desplaza los lóbulos tímicos hacia arriba, imagen conocida como signo de alas de ángel e imagen hiperclara en hemitórax izquierdo (signo del aire paracardial)

El neumotórax consiste en la presencia de aire en la cavidad pleural y de forma secundaria un colapso pulmonar. Se manifiesta con dificultad respiratoria de intensidad variable, junto con hipoventilación y desplazamiento de los tonos cardiacos. Radiológicamente aparece una zona hiperclara, pudiendo asociar atelectasia pulmonar ipsilateral y desplazamiento mediastínico hacia el lado contralateral.

A nivel radiológico no se aprecian infiltrados intersticiales ni condensaciones. No existen antecedentes de riesgo infeccioso ni alteraciones analíticas compatibles.