La ferritina se comporta como un marcador inespecífico de proceso inflamatorio. Es un dato clave para el diagnóstico de AIJ de inicio sistémico (AIJis), y niveles muy elevados (>10 000 µg/l) son muy sospechosos de síndrome de activación macrofágica, que puede darse en contexto de AIJis, LES, Kawasaki y diversas enfermedades autoinflamatorias. Por este motivo sí es recomendable solicitarlo ante una paciente con poliartritis y clínica constitucional.

El hallazgo de antiestreptolisinas (ASLO), independientemente de su cifra, solo indica infección estreptocócica previa, por lo que no es de mucha utilidad para orientar la causa de la artritis. Los niños sanos en edad escolar generalmente presentan títulos alrededor de 100-400 UI/ml.

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Niveles bajos de C3 o C4 son habituales en LES, glomerulonefritis aguda posinfecciosa, enfermedades hepáticas y deficiencias congénitas del sistema del complemento.

Los ANA están presentes en un porcentaje no desdeñable de niños sanos (15%), y, aunque pueden desarrollarse en el contexto de una enfermedad autoinmune, también pueden hacerlo como respuesta a una infección, a fármacos o a tóxicos. Sin embargo, títulos persistentemente elevados se asocian a enfermedades del tejido conectivo. Por este motivo, no deben solicitarse como screening en pacientes con síntomas musculoesqueléticos, pero sí deben solicitarse ante una alta sospecha de enfermedad reumática sistémica. En el caso del LES, se considera criterio diagnóstico del mismo desde la introducción de los criterios de SLICC en 2012.