El eritema migrans o eritema migratorio crónico es característico de la fase precoz de la enfermedad de Lyme. Se caracteriza por una lesión cutánea que aparece a los 7-14 días de la picadura de garrapata, habitualmente en el lugar de inoculación. La manifestación inicial es una mácula o pápula que se ensancha progresivamente causando una lesión anular eritematosa con borde rojo irregular no sobreelevado. Suele ser indolora en la mayoría de los casos y puede producir prurito^1,2.

Erupción cutánea caracterizada por lesiones rojas circulares o en diana con distribución predominante en extremidades, no pruriginosa³. Entre las causas más frecuentes destacan las infecciones (sobre todo por Mycoplasma pneumoniae o virus herpes simple) o secundario a ingesta de fármacos (especialmente, AINEs y penicilinas). La enfermedad de Kawasaki es una vasculitis que afecta a lactantes y niños, siendo uno de sus criterios la aparición de un exantema que puede ser tipo eritema multiforme.

Aparece a los 14 días tras la exposición al virus del sarampión. Se caracteriza por un exantema de inicio cefalocaudal que cursa con máculas y pápulas confluyentes, color rojo oscuro-vinoso, con afectación palmoplantar dejando tras su resolución descamación furfurácea y máculas color café. Las lesiones desaparecen en el mismo orden que han aparecido. Se acompaña de forma patognomónica de un enantema caracterizado por punteado blanquecino en la mucosa yugal, conocido como “manchas de Koplik”^4,5.

Característico de la escarlatina, una infección causada por estreptococo del grupo A que cursa con fiebre alta, faringitis y lengua aframbuesada. El exantema se caracteriza por ser palpable como “papel de lija” por la oclusión de las glándulas sudoríparas. La localización típica suele ser “en esclavina” (cuello, hombros y tórax superior), acentuándose en pliegues (signo de Pastia)^4,5.