Unas semanas más tarde, acudió a consulta su hermana de cuatro años, que había viajado con sus padres a Etiopía a recoger a su hermano. Referían que desde el viaje a Etiopía, tres semanas antes, presentaba dolor abdominal y deposiciones blandas. Durante su viaje presentó sintomatología similar que mejoró con cambios en la dieta. Había permanecido afebril, sin vómitos ni sangre o moco en las heces. Se trata de una niña sana, sin antecedentes de interés, vacunada según el calendario, y que recibió una dosis de vacunas de hepatitis A y fiebre amarilla antes del viaje. En la exploración destacaba un abdomen globuloso, timpanizado, aunque blando y depresible, sin visceromegalias. El resto de la exploración física fue normal.
Se solicitó coprocultivo, que fue negativo (Ag de Adenovirus, Rotavirus, Astrovirus y Norovirus, negativos), y en las tres muestras de heces que se enviaron para estudio de parásitos, se observó la presencia de Giardia intestinalis.
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