En un electrocardiograma podemos ver datos de hipertrofia ventricular cuando hay un aumento del tamaño de las ondas Q, R y S asociadas a una alteración de la repolarización (ST y onda T). En nuestra paciente el eje de la onda T está muy alejado del eje del QRS, hay ondas T negativas y muy patológicas en I, aVL y en precordiales izquierdas y hay descenso del ST en I y ascenso en III y V1. Estas alteraciones de la repolarización que aparecen en las hipertrofias ventriculares se conocen como “patrón de tensión” (strain en inglés) y traducen una isquemia “latente” (el miocardio está peor irrigado y puede ser origen de arritmias ventriculares malignas). Todos estos hallazgos electrocardiográficos son compatibles con una miocardiopatía hipertrófica, que es la cardiopatía que se asocia a enfermedades de depósito como la glucogenosis tipo III. Además, ecográficamente este paciente presenta una hipertrofia concéntrica grave de ventrículo izquierdo con una pared posterior de 17 mm (z-score +4,9 DE) y un tabique interventricular de 28 mm (z-score +6,35 DE), estando la cavidad del ventrículo izquierdo disminuida por la hipertrofia con un diámetro de 32 mm (z-score -3,3 DE), aunque la función sistólica está conservada.

En la preexcitación tipo Wollf-Parkinson-White existe una vía accesoria por la que el impulso eléctrico llega a los ventrículos antes de lo que lo haría a través del nodo auriculoventricular apareciendo por esto una onda delta al inicio del QRS, que hace que este se ensanche y que el intervalo PR sea corto¹. En nuestra paciente la duración del intervalo PR es normal y constante y el QRS es ancho, no a expensas de una onda delta, sino por otro motivo que se corresponde con otra de las opciones.

En este electroencefalograma vemos un descenso de ST de 4 mm en I y ascenso de 4 mm en III y V1, además de ondas Q de 10 mm en III y de 8 mm en V6 que podrían verse en un infarto de miocardio, sin embargo, hay otros datos en el electrocardiograma como son los altos potenciales de la onda R en las derivaciones precordiales izquierdas que nos hacen pensar en otro diagnóstico, junto con la historia clínica de la paciente que no sugiere algo agudo sino alteraciones propias de su enfermedad de base.

La taquicardia ventricular monomorfa es una taquicardia rítmica de QRS ancho, originada por debajo del haz de His². En este electrocardiograma, sin embargo, vemos ondas P que preceden a todos los complejos QRS y además la frecuencia cardiaca es de 84 lat/min por lo que no hay taquicardia.