La enfermedad de Lyme¹ es una zoonosis causada por espiroquetas del género Borrelia transmitida por garrapatas del género Ixodes. La primera manifestación es el eritema migratorio, considerado patognomónico, que aparece entre 1 y 15 días después de la mordedura en la zona de inoculación y que se expande por los bordes aclarándose por el centro y adoptando un aspecto anular típico. Se acompaña de síntomas inespecíficos como cefalea, fiebre o mialgias. Si no se trata, la enfermedad evoluciona en meses a una fase precoz diseminada, caracterizada por eritemas anulares múltiples de menor tamaño, síntomas neurológicos (meningorradiculitis, parálisis facial) y/o cardíacos (bloqueo auriculoventricular), y en años a una fase crónica con afectación articular (oligoartritis recidivante), neurológica (encefalomielitis crónica) y/o cutánea (acrodermatitis crónica atrófica).

El tifus exantemático epidémico² está causado por Rickettsia prowazekii y se transmite mediante el piojo corporal (Pediculus humanus corporis), al defecar sobre la piel. Suele presentarse en forma de brotes epidémicos durante los meses fríos, en situaciones de hacinamiento y déficit higiénico (requiere contacto estrecho para su transmisión). El periodo de incubación es de unos siete días y cursa con síntomas inespecíficos como fiebre elevada, cefalea y artromialgias. A los 4-7 días, aparece un exantema maculopapular confluente en tórax y extremidades que respeta palmas y plantas; inicialmente eritematoso y, posteriormente, petequial o hemorrágico, evolucionando finalmente a áreas pigmentadas de color parduzco.

La fiebre botonosa mediterránea^1,2 es la rickettsiosis exantemática más frecuente en el área mediterránea, siendo endémica en el sur de Europa y en el norte de África. Está causada principalmente por Rickettsia conorii y se transmite mediante la garrapata del perro (Riphicephalus sanguineus). La mayoría de casos ocurren en primavera-verano. Es típica la presencia de una escara necro-hemorrágica indolora o “mancha negra” (Figura 1) en la zona de inoculación y, tras un periodo de incubación de unos siete días (4-21 días), aparece fiebre, que puede acompañarse de cefalea, artromialgias o conjuntivitis. El exantema maculopapular (Figura 2) aparece a los 3-5 días del comienzo de la fiebre, inicialmente en extremidades inferiores, generalizándose posteriormente y presentando afectación palmo-plantar (Figura 3). Ante la sospecha clínica, se debe iniciar tratamiento con doxiciclina. El diagnóstico se confirma mediante serología. Nuestro paciente evolucionó favorablemente al iniciar tratamiento con doxiciclina y, tras una IgG negativa durante su ingreso, se repitió a las tres semanas comprobándose la seroconversión y confirmándose el diagnóstico.

Acrónimos de “Dermacentor-borne necrosis, erythema, lymphadenopathy” y de “Tick-borne lymphadenopathy”^1,2. Se trata de una rickettsiosis (R. slovaca, R. raoultii y R. rioja) que predomina en meses fríos, transmitida mediante garrapatas del género Dermacentor marginatus, que parasita animales como ovejas, cabras o jabalíes. La mordedura suele localizarse en el cuero cabelludo y, tras un periodo de incubación de unos cinco días, aparece en la zona de inoculación una escara que puede presentar un aspecto melicérico inicialmente y rodearse de un eritema. Puede evolucionar hacia una lesión necrótica con alopecia residual. Lo más característico, es su asociación con linfadenopatías regionales dolorosas, que pueden causar contracturas musculares y cefalea. Pueden aparecer síntomas inespecíficos, como febrícula o astenia.