No contaban antecedente de exposición a este agente, si bien la clínica neurológica podría ser compatible. La afectación neurológica por monóxido de carbono varía desde confusión, cefalea e irritabilidad, hasta convulsiones, coma y muerte, y no suele ser común la afectación visual. Nuestro paciente no presentaba color pálido o cianótico. La RM craneal suele mostrar anomalías prominentes característicamente en el globo pálido que en nuestro caso no se objetivaban.

El síndrome de encefalopatía posterior reversible (PRES) es una encefalopatía aguda/subaguda, caracterizada por cefalea, disminución del nivel de conciencia, náuseas y/o vómitos, alteraciones visuales y convulsiones¹. Generalmente se asocia a cuadros de hipertensión arterial (HTA) o insuficiencia renal, aunque también se relaciona con fármacos inmunosupresores y quimioterápicos^2,3. Aunque su fisiopatología aún no está claramente establecida, la teoría más aceptada implica que la hipertensión arterial (HTA) es fundamental para su desarrollo, puesto que al exceder esta la autorregulación vascular cerebral, se produce una vasodilatación de las arteriolas, causando hiperemia e hiperperfusión, aumentando con ello la permeabilidad vascular y provocando edema vasogénico. La técnica de imagen de elección es la RM craneal con secuencia de difusión^1,4, como se realizó en nuestro caso, en la que se objetivaban múltiples focos de aumento de intensidad de señal en T2 y FLAIR en la sustancia blanca subcortical y en centro semioval, con marcado edema vasogénico cortico-subcortical occipital y temporal posterior de forma simétrica y bilateral (Figura 1). La HTA es una característica en la mayoría de los pacientes con PRES, y el tratamiento de esta de forma precoz produce frecuentemente reversión de la clínica. Nuestro paciente inicia tratamiento con nicardipino y labetalol, normalizándose la tensión arterial y revirtiendo cuadro inicial.

En nuestro caso, no había alteración brusca del nivel de conciencia ni convulsiones y el cuadro febril era de reciente aparición. No había antecedente de cuadro infeccioso intercurrente. Asimismo, la afectación prominente de regiones posteriores visualizada en RM craneal no era típica de encefalitis, siendo la corteza (y no la sustancia blanca subcortical) la que se ve afectada con más frecuencia. Se inicia aciclovir al ingreso que se suspende al concluir otro diagnóstico.

Aunque inicialmente por el cuadro clínico podía ser compatible, la RM craneal no muestra imágenes sugestivas de isquemia ni de sangrado intra o extraaxial. Del mismo modo, nuestro paciente, aunque sí presentaba clínica de cefalea brusca con pérdida de visión bilateral, no mostraba otros datos de focalidad neurológica ni disminución del nivel de conciencia. El “código ictus” se cancela tras los resultados en las pruebas de imagen.