La dermatitis atópica es un trastorno inflamatorio y crónico de la piel que cursa en brotes. Aparecen lesiones eccematosas agudas, caracterizadas por eritema, prurito y exudación. En lactantes, suele limitarse a las mejillas, cuero cabelludo y zonas de extensión de las extremidades¹.

La dermatitis seborreica es un trastorno inflamatorio y crónico de la piel que cursa en brotes. Aparecen lesiones en forma de placas descamativas y amarillentas, sobre zonas enrojecidas y fisuradas. La primera manifestación es la costra láctea, que aparece en la cabeza de algunos recién nacidos. Se desconoce la causa, aunque se cree que influyen varios factores, como: producción excesiva de grasa, el hongo malassezia o la herencia².

La sarna o escabiosis es una dermatosis parasitaria causada por el ácaro Sarcoptes scabiei. Se transmite por contacto directo prolongado piel con piel o a través de fómites (ropas, toallas y sábanas). El síntoma cardinal es el prurito, intenso y de predominio nocturno, que respeta cabeza y espalda, salvo en lactantes e inmunodeprimidos. Las lesiones clínicas características son los “surcos acarinos”, que son trayectos lineales intraepidérmicos, levemente sobreelevados y eritematosos, que excava el ácaro, y que finalizan en una fina vesícula que corresponde al sitio donde está alojado el parásito, denominada eminencia acarina, perla escabiótica o vesícula perlada de Bazin. Se asocian lesiones secundarias en forma de costras, excoriaciones, eccema, vesículas y nódulos acarinos. Las zonas cutáneas más vulnerables son los pliegues interdigitales de la mano, superficies de flexión de muñecas, axilas, pezones, ombligo, nalgas y genitales externos. En lactantes es frecuente la afectación del cuero cabelludo y característica la de las palmas y plantas, así como de los dedos, incluso bajo las uñas. La sospecha clínica es suficiente para iniciar el tratamiento, siendo la crema de permetrina al 5% el tratamiento de elección e indicándose tanto al niño afecto como a sus convivientes o contactos cercanos³. Es recomendable medidas higiénicas y de protección complementarias a la hora de explorar a los pacientes, como el uso de guantes durante la exploración física. En este caso, las manos que sujetan al paciente son las de su madre; los médicos utilizaron guantes durante la exploración. Sin embargo, realizar un examen médico a un paciente infectado no es suficiente para transmitir la parasitosis, pues es necesario un contacto prolongado piel con piel⁴.

El acné neonatal suele aparecer en las 2-3 primeras semanas de vida. Producido por estimulación hormonal de las glándulas sebáceas por andrógenos maternos y del propio recién nacido. Las lesiones consisten en pápulas y pústulas en mejillas, barbilla, frente y en el cuero cabelludo. No suele haber comedones. Evoluciona a la resolución espontánea en pocas semanas⁵.