A pesar de que la paciente presenta antecedentes familiares de psoriasis, en las imágenes no se observan hallazgos típicos de psoriasis ungueal tales como manchas de aceite, onicolisis distal e hiperqueratosis subungueal.

Ausencia de signos como hiperqueratosis subungueal, onicolisis o coloración blanco-amarillenta de lámina ungueal.

La traquioniquia es una alteración de la lámina ungueal caracterizada por la aparición de estriaciones longitudinales, fisuras superficiales, crestas y/o pitting que confieren un aspecto rugoso a la uña. Puede afectar a una o varias uñas de manos y pies, e incluso afectar a todas ellas, siendo una de las causas de la distrofia de las veinte uñas. Existen dos subtipos: opaca (la más frecuente y la que ilustra este caso) y brillante. Se presenta a cualquier edad, aunque el pico de incidencia se encuentra entre los 3 y los 12 años. Suele aparecer de forma idiopática y, en menor frecuencia, con carácter hereditario. En ocasiones se asocia a enfermedades dermatológicas como alopecia areata, liquen plano, vitíligo y psoriasis, y otras no dermatológicas como déficit de IgA. Por ello, ante su detección, debemos llevar a cabo una anamnesis y exploración adecuadas para detectar posibles asociaciones. El diagnóstico es fundamentalmente clínico, siendo la biopsia necesaria en contadas ocasiones (casos severos, recalcitrantes, dudas diagnósticas). No existe un tratamiento definitivo. Se pueden recomendar emolientes ungueales y tratamiento tópico con corticoides o calcipotriol. No obstante, en el 50% de los casos se observa una resolución espontánea en los primeros seis años tras el diagnóstico^1,2.

No se observan signos como estriaciones longitudinales o pterigium propias de esta entidad.