Clínicamente, la hernia inguinoescrotal en la infancia se manifiesta como masa en el escroto generalmente asintomática que se logra reducir, aunque la tasa de incarceración es mayor durante los primeros meses de vida. Por ello, en los lactantes, la patología aguda del canal inguinal debe ser considerada una urgencia con vistas a establecer el tratamiento adecuado y así evitar complicaciones como la que presentamos. La historia y la exploración física deben orientar y promover la realización de pruebas diagnósticas cuando se sospecha esta patología. La ecografía-Doppler para valorar el flujo arterial del teste debe indicarse cuando haya sospecha clínica y ayudará a distinguir entre aquellos pacientes que requieran un tratamiento conservador frente a los que necesiten una intervención quirúrgica con la menor demora posible. El incremento del flujo al teste o epidídimo es un criterio establecido en el diagnóstico de orquiepididimitis aguda, mientras que el detrimento o ausencia de flujo son indicativos de torsión; aun así, se recomienda la evaluación y comparación de ambos testículos. La ayuda de las pruebas de imagen junto a la pericia del cirujano deben sentar las bases para la indicación quirúrgica aunque intraoperatoriamente la toma de decisiones puede no resultar tan evidente.