Esta entidad, de etiología desconocida, se considera una respuesta idiosincrásica a factores exógenos (corticoides tópicos de alta potencia, fotoprotectores, dentífricos…). Algunos autores la consideran una variante de la rosácea con predominio de pápulas y pústulas, pero sin otros hallazgos característicos, como telangiectasias o flushing. No es una patología frecuente en la edad pediátrica¹.

Si bien nos encontramos ante una lesión eritematosa, en una localización compatible con la afectación de la dermatitis atópica en niños y jóvenes, se trata de un eccema muy bien delimitado, de morfología concreta, no pruriginoso, en un paciente sin historia personal de atopia².

Son razonables las dudas con esta entidad. En las dermatitis de contacto alérgicas, las lesiones aparecen siempre en las mismas localizaciones (aquellas en las que el agente causal entra en contacto con la piel del paciente de forma repetida) y se relacionan con el uso de productos (crema, bálsamo labial…) u objetos externos (chupete, mascarilla…)³.

El lip-licking o chupeteo es una dermatitis de contacto irritativa producida por la constante exposición de la piel a la saliva (compulsión de chuparse los labios como se muestra en la Figura 2). No guarda relación con medicamentos, productos de cosmética e higiene ni con la utilización de objetos. El tratamiento del brote se realiza con un corticoide de potencia baja y medidas de protección local. Dada la compulsión manifiesta de chupeteo, sería importante indagar en problemas asociados, como un trastorno de ansiedad, un TDAH, etc.^4,5.