Dada la amplia variedad de diagnósticos diferenciales que incluye el término, en 1992 se creó la International Society for the Study of Vascular Anomalies (ISSVA), para facilitar su correcta clasificación y diagnóstico. Actualmente las guías se basan en la última actualización, de 2018.
La importancia de esta clasificación radica en que, aunque las anomalías vasculares son una afectación relativamente frecuente, la existencia de un elevado número de lesiones muy diferentes entre sí y la baja prevalencia de muchas de ellas hace que sea una tarea ardua y compleja el establecer un correcto diagnóstico. Prueba de ello es que en un estudio realizado en el Children’s Hospital de Boston (centro de referencia de anomalías vasculares) se vio que hasta un 75% de los pacientes remitidos tenían un diagnóstico erróneo.
Para establecer un diagnóstico, lo primero que tenemos que hacer es diferenciar si se trata de una lesión tipo tumor o una lesión tipo malformación vascular.
Clasificación completa aquí.
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