La infección fúngica ungueal es poco frecuente en niños, sobre todo en los más pequeños. Su aparición es favorecida por uñas distróficas o traumatismos. Se afectan más las uñas de los pies. El patrón típico es el de engrosamiento, onicólisis y coloración amarillenta¹.

Es el desprendimiento espontáneo de la uña desde su extremo proximal, afectándose manos y pies. Su origen está en alteraciones locales que afectan a una o dos uñas (traumatismos o paroniquia) o sistémicas, afectando a varias uñas (fármacos, infecciones como la enfermedad de boca-mano-pie, candidiasis…)^1-3.

Es una anomalía poco frecuente caracterizada por la alteración de las uñas de los dedos índice, habitualmente con patrón uni- o bilateral. Hay asociación familiar y puede acompañarse de anomalías óseas de los dedos afectos como bifurcación en Y de la falange distal, braquimesofalangia o sindactilia. Las alteraciones ungueales se manifiestan en forma de microniquia, polioniquia, anoniquia y mal alineamiento de la lámina de los dedos. Existe relación con la isquemia intraútero de la arteria palmar digital^3-5.

En las alteraciones ungueales en niños con psoriasis se encuentran varias formas de presentación, la principal es la presencia de piqueteado (pitting), mancha de aceite en lecho ungueal o manchas salmón, hiperqueratosis subungueal y onicólisis, esta última más frecuente en adultos^1,3.