El tumor miofibroblástico inflamatorio es una lesión infrecuente de malignidad intermedia que aparece en las primeras décadas de la vida. Descrita en múltiples localizaciones, el pulmón es el lugar más afectado, seguido del abdomen y, con menor frecuencia, el cerebro, la órbita, las partes blandas y el tracto genitourinario. Es asintomático hasta en un 40% de los casos, detectándose de manera casual en pruebas de imagen. Son frecuentes los síntomas compresivos locales, entre los que destacan tos, hemoptisis, dolor torácico o atelectasias en los tumores de localización pulmonar. Los hallazgos por imagen son inespecíficos, típicamente se identifica una lesión sólida bien definida, irregular, que puede presentar calcificaciones hasta en un 25% de los casos. En nuestro paciente se realizó enucleación de la lesión mediante toracotomía y el estudio histológico confirmó el diagnóstico de tumor miofibroblástico inflamatorio¹.

Debe sospecharse como una complicación de una neumonía adquirida en la comunidad con una evolución clínica desfavorable. Respecto a la clínica, el dolor costal suele acompañarse de fiebre y tos persistente, síntomas que no presentaba nuestro paciente; tampoco antecedentes previos de neumonía. En la radiografía de tórax, en un 40% se vería cavitación, y en la TC de tórax (Figura 2), técnica más sensible para este tipo de lesión, no se objetivaba².

Nuestro paciente no presentaba antecedentes de contacto bacilífero ni inmunosupresión, por lo que no debemos sospechar una tuberculosis (TB) en primer lugar. Las manifestaciones radiológicas de la TB en el niño son muy variables. No hay ninguna lesión patognomónica. Respecto a las diferentes manifestaciones radiológicas, las formas adenopáticas son las más frecuentes en Pediatría, y nuestro paciente no tenía adenopatías. Otras formas, como la TB neumónica, suelen presentar imágenes mal definidas en la radiografía. Las formas endobronquiales pueden formar nódulos definidos, aunque son más frecuentes en niños menores de 4 años y presentan adenopatías asociadas. Otros patrones como el miliar no se asemejan a nuestra imagen³.

Los aspergilomas ocurren en pacientes con inmunidad normal, pero con pulmones estructuralmente anormales, con cavidades preexistentes, no presentes en nuestro paciente. La mayoría de los aspergilomas son asintomáticos. Ocasionalmente, debido al tejido de granulación vascular reactivo circundante, puede haber hemoptisis. En la radiografía de tórax un aspergiloma se puede ver como una masa, típicamente esférica u ovoide, dentro de una cavidad. El aire alrededor del aspergiloma adopta una forma de medialuna denominada signo de Monod, que es distinto del signo de la medialuna de aire en la recuperación de la aspergilosis invasiva. En diferentes posicionamientos del paciente se puede mostrar que la masa es móvil⁴.