El pliegue piramidal es una lesión exofítica benigna que aparece en la infancia en la parte anterior o posterior del ano. Es indolora, no sangrante, de superficie lisa, consistencia blanda-elástica y rojiza. Puede ser congénito, ya sea por debilidad del suelo pélvico o por un remanente del septo urogenital, o adquirido, por lesiones como fisuras/fístulas, o asociado al liquen escleroatrófico¹.

La fístula rectoperineal es una malformación anorrectal donde la parte más baja del recto y el ano están sustituidas por un trayecto fistuloso que finaliza anteriormente al complejo esfinteriano en el periné².

La atresia anorrectal es una malformación donde el recto acaba de forma ciega aproximadamente a unos 2 cm del margen anal. En todas las malformaciones anorrectales el paciente debe permanecer en dieta absoluta con sonda nasogástrica y sueroterapia intravenosa, y ser evaluado en busca de fístulas y anomalías asociadas. No se debe adoptar ninguna decisión terapéutica antes de las 24 horas de vida debido a que es necesaria una importante presión intraluminal para que el meconio sea forzado a través de una fístula perineal y para que el aire llegue a la parte más distal del recto. En nuestro caso, el paciente no presentaba anomalías asociadas ni fístula, y la distancia piel-bolsón se encontró a 55 mm, realizándose una sigmoidostomía de cabos separados².

El ano anterior es una variante anatómica de la posición del ano en el periné. Se trata de una entidad controvertida, no siendo clara su naturaleza, incidencia, método de identificación, relación con el estreñimiento y tratamiento. Se podría considerar una definición válida un ano de aspecto y calibre normales, situado anteriormente pero rodeado de esfínter anal externo en su totalidad³.