La fractura del boxeador o fractura del cuello del cuarto o quinto metacarpiano es una fractura frecuente en las Urgencias de Traumatología. Es típica en varones jóvenes y el mecanismo de producción es por impacto directo contra una superficie dura manteniendo el puño cerrado. La mayoría se tratan de manera conservadora, aunque hasta en un 5% de los casos existe indicación quirúrgica¹.

Las fracturas del hueso ganchoso son muy poco frecuentes, constituyendo alrededor del 2% de las fracturas del carpo. El diagnóstico de estas fracturas suele demorarse debido a que presentan una clínica inespecífica y su baja frecuencia hace que el profesional en ocasiones no se plantee su existencia. Es importante tener una alta sospecha clínica en pacientes que han presentado un traumatismo directo sobre la mano y en pacientes con dolor crónico sobre la eminencia hipotenar. La confirmación diagnóstica debe realizarse con una prueba de imagen (radiografía de la mano o TAC en casos en los que la radiografía no sea esclarecedora o se quiera valorar la existencia de lesiones asociadas). Debido a su baja incidencia en la población general, existen numerosas controversias con respecto al tratamiento (conservador vs. quirúrgico)². Nuestro paciente fue tratado de manera conservadora con colocación de férula dorsal larga que fue retirada a las 4 semanas con buena evolución posterior, pudiéndose reincorporar a su actividad habitual sin secuelas. Se muestran de nuevo las radiografías del paciente (Figura 3 y Figura 4), señalando con un círculo la fractura del ganchoso, donde se puede visualizar un desplazamiento lateral del fragmento de este.

Figura 3. Radiografía en proyección PA de la mano derecha que muestra la fractura del hueso ganchoso, identificada con el círculo.

Figura 4. Radiografía en proyección oblicua de la mano derecha mostrando la fractura del hueso ganchoso, identificada con el círculo.

La fractura del hueso piramidal corresponde en torno a un 5% de las fracturas de los huesos del carpo; se produce por un mecanismo de pinzamiento entre el hueso ganchoso y la apófisis estiloides del cúbito durante la dorsiflexión y desviación cubital extremas o durante la hiperflexión, causando avulsión ósea del piramidal en la inserción del ligamento cubitopiramidal. El diagnóstico suele realizarse con radiografía simple y el tratamiento es, en la mayoría de casos, conservador³.

La fractura de Bennet es una fractura intraarticular de la base del primer metacarpiano. Esta fractura suele ser el resultado de traumatismos sufridos durante los deportes de contacto. Se trata de una fractura inestable por la tracción que realiza el tendón separador largo del pulgar, por lo que requiere fijación quirúrgica (se obtienen mejores resultados a largo plazo que con el tratamiento conservador)⁴.