El exantema súbito clínicamente se presenta con fiebre elevada que, tras desaparecer, da paso al exantema (generalmente maculopapuloso)¹. En nuestro paciente el exantema estaba presente desde el inicio de la fiebre y no es maculopapuloso.

La urticaria-vasculitis es una enfermedad excepcional en Pediatría. Aunque se ha asociado a enfermedades autoinmunes (como lupus eritematoso sistémico), infecciones víricas o fármacos, la mayoría de casos son idiopáticos. Clínicamente se manifiesta con lesiones habonosas no evanescentes que al curar dejan púrpura e hiperpigmentación residual². No desaparecen a la digitopresión y son de distribución generalizada (pudiendo incluir palmas y plantas)². En ocasiones asocia síntomas sistémicos. El diagnóstico se confirma mediante biopsia cutánea con hallazgos compatibles con vasculitis leucocitoclástica, como el caso de nuestro paciente.

La púrpura de Schönlein-Henoch produce un exantema urticariforme que evoluciona a púrpura³. Aunque nuestro paciente inicialmente presentó lesiones tipo habón, las lesiones actuales no se corresponden con el exantema típico de esta entidad, donde coexisten petequias, equimosis y lesiones costrosas³.

El eritema multiforme menor se caracteriza por la típica lesión en diana o “escarapela”: pápulas con borde eritematoso, anillo interior pálido y centro violáceo⁴. Son de distribución simétrica, no dolorosas ni pruriginosas⁴. Las lesiones de nuestro paciente no se corresponden con esta descripción.