El diagnóstico de tumores óseos no malignos puede realizarse en la mayoría de casos con radiografías.
Si la lesión presenta características de benignidad en las radiografías, no deberían ser necesarias técnicas de imagen avanzadas para el diagnóstico; estas pueden realizarse para planificar el tratamiento.
La resonancia magnética se puede emplear cuando existe riesgo de pinzamiento de los tejidos blandos adyacentes, dolor focal en el lugar o riesgo de transformación condrosarcomatosa.
La biopsia y la extirpación del osteocondroma pueden estar justificadas en lesiones con un casquete de ≥2 cm de grosor o cuando las fisis cercanas están casi o totalmente fusionadas.
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