La fluorosis dental es una alteración del esmalte de los dientes derivada de la ingesta excesiva de flúor. En las formas leves o moderadas esta alteración se manifiesta como líneas horizontales de diferente grosor que pueden ocupar cualquier parte de la pieza dental. Conforme avanza la gravedad del cuadro, pueden convertirse en manchas marronáceas con irregularidades en la superficie del esmalte, fragilidad dental, así como zonas puntiformes de hipoplasia o hipocalcificación¹. Las lesiones son permanentes y el tratamiento se realiza por motivos estéticos o para reparar las piezas que están muy dañadas.

La caries rampante o caries del biberón es un proceso rápido de destrucción dental, más que de tinción de los dientes. Comienza como unas áreas blanquecinas de decalcificación en la superficie del esmalte que posteriormente se pigmentan de color amarillento, oscureciéndose y coalesciendo progresivamente provocando la fractura y cavitación dental. Se atribuye a la utilización por periodos prolongados de biberón o chupetes endulzados y se asocia con flora bucal acidógena y susceptibilidad individual².

La tinción dental por cloro es un fenómeno que se observa por el contacto de los dientes con las aguas tratadas químicamente de las piscinas. También llamado “boca o sarro del nadador”, se debe a una degeneración rápida de las proteínas salivares con formación de depósitos duros y marronáceos en los dientes³. Aunque no es habitual su aparición en nadadores ocasionales, depende de factores intrínsecos del paciente (pH, flujo, tampón salival), extrínsecos (cloración del agua, temperatura) y sobre todo, de la duración de la práctica en piscina. La disminución de la actividad, así como el tratamiento odontológico de limpieza, disminuyen las tinciones.

La patología dental es frecuente en la consulta de Pediatría de Atención Primaria, ya sea en cuanto a cambios en la forma, número de los dientes o a variación en su coloración, y aun así plantea dudas, de ahí la derivación en muchas ocasiones al Servicio de Atención Odontológica. La tinción cromógena es uno de los procesos más frecuentes, aunque existe poca divulgación en la literatura científica. Su diagnóstico es clínico mediante la detección de manchas características de color pardo-negruzco y morfología puntiforme o lineal. Suelen afectar a la mitad superior dental, respetando una franja estrecha del esmalte cerca del borde con la encía⁴, habitualmente con el resto inferior libre de manchas. Su etiología es discutida y se baraja la existencia de una microbiota compuesta por bacterias productoras de estos pigmentos en asociación con una composición característica de la saliva⁵. El pronóstico suele ser favorable, con tendencia a la desaparición espontánea en la edad adulta. En cuanto a su tratamiento, las limpiezas mecánicas realizadas por odontólogos ofrecen una solución temporal con tendencia a las recidivas hasta su recuperación espontánea. Es elegido por preferencias estéticas.