No, ya que se trata de una tortícolis rígida con incapacidad para girar la cabeza más allá de la línea media que, además, no presenta mejoría con analgesia intravenosa.

La paciente presenta buena evolución de la adenitis con antibioterapia intravenosa, manteniéndose afebril desde el ingreso y sin datos de complicaciones (dificultad respiratoria, disfagia, trismo…). Además, en las imágenes de la TC no se visualizan imágenes compatibles con abscesos a nivel retrofaríngeo.

Se identifican hallazgos compatibles con subluxación rotacional atloaxoidea de tipo I (síndrome de Grisel). En la reconstrucción coronal 3D de la TC se aprecia que la distancia entre el arco anterior del atlas y la apófisis odontoides no supera los 3 mm. Los demás cuerpos vertebrales de la columna cervical tienen una altura y alineación intersomática conservada. No se identifican signos de fractura ni en la unión craneocervical ni en columna cervical. El espacio retroclival se muestra preservado, sin signos de ocupación de este. En la columna cervical no se aprecian signos de ocupación del espacio epidural. El síndrome de Grisel es una subluxación atloaxoidea atraumática con etiopatogenia escasamente establecida que suele asociarse a procesos infecciosos de vías respiratorias altas o presentarse tras una intervención quirúrgica de cabeza o cuello^1-4. El diagnóstico suele ser clínico, pero siempre precisa de una confirmación radiológica^2,4. La clasificación más aceptada de este síndrome es la de Fielding y Hawkins, que divide la subluxación rotacional atloaxoidea en 4 grupos, de los que el tipo I y el tipo II son los más frecuentes, sin presencia de déficits neurológicos^2,4:

• Tipo I: subluxación rotacional sin desplazamiento anterior.
• Tipo II: subluxación rotacional con desplazamiento anterior de 3-5 mm.
• Tipo III: subluxación rotacional con desplazamiento anterior >5 mm.
• Tipo IV: subluxación rotacional con desplazamiento posterior.

Independientemente de la causa, el manejo temprano consiste en la inmovilización, el tratamiento médico, la tracción y fisioterapia³. El tratamiento quirúrgico está indicado cuando existe recidiva tras el tratamiento médico, la duración del tortícolis es superior a 3 meses o existe afectación neurológica^1,2. La paciente presenta buena evolución clínica, con seguimiento posterior en consultas externas.

La paciente no refiere antecedentes de traumatismo reciente que oriente a una fractura cervical. Además, en la TC se puede observar el desplazamiento en la articulación atloaxoidea, sin encontrar hallazgos sugestivos de fractura.