Artículo original: Rodríguez Guerineau L, Posfay-Barbe K, Monsonis Cabedo M, Juncosa Morros T, Diana A, Wyler Lazarevic C, et al. Pediatric Chagas disease in Europe: 45 cases from Spain and Switzerland. Pediatr Infect Dis J. 2014;33:458-62. |
La enfermedad de Chagas está emergiendo en Europa en el contexto de la migración internacional. Se revisaron las historias clínicas de los niños (<18 años) con enfermedad de Chagas ingresados en dos hospitales (Barcelona, España y Ginebra, Suiza), entre enero de 2004 y julio de 2012.
Se identificaron 45 casos. Dos niños (4,4%) fueron diagnosticados en la fase aguda y los restantes 43 (95,6%) se encontraban en fase crónica. Todos, excepto uno, eran asintomáticos. Recibieron tratamiento 41 niños, completando 60 días en 40 casos (97,6%). Treinta y cinco (85,4%) recibieron benznidazol, cinco (12,2%) nifurtimox y uno (2,4 %) ambos fármacos de forma consecutiva. En dos casos (4,9%) interrumpieron el tratamiento por eventos adversos, siendo los más frecuentes las erupciones en la piel y la insuficiente ganancia de peso. Veintinueve (64,4%) niños fueron seguidos por serología durante dos años. Cinco (17,2%) se curaron.
La enfermedad de Chagas es una zoonosis causada por el Trypanosoma cruzi, con predominio en América Latina. A pesar del éxito de las iniciativas regionales de control, en la actualidad existe un cambio epidemiológico que implica nuevos retos debido a la importante migración de personas infectadas a lugares sin transmisión vectorial, causando la urbanización progresiva de la infección. Como resultado, la infección vertical (madre-hijo) se está convirtiendo en una vía importante de transmisión. La mayor proporción de inmigrantes fueron de Bolivia, país con alta prevalencia de la infección.
Recientemente, un número creciente de infecciones por T. cruzi se han registrado fuera de América Latina, después de que más de 18 millones de personas con riesgo de infección se trasladaran a países no endémicos, en su mayoría a América del Norte, Europa y Australia.
En 2009, más de 3,2 millones de inmigrantes procedentes de regiones endémicas vivían en Europa, de los cuales alrededor de un millón se quedaron sin un permiso de residencia (indocumentados) afrontando así las dificultades para acceder a la atención médica. Se estima que entre 60 000 y 120 000 personas infectadas viven actualmente en Europa. Dieciséis países europeos han informado de casos, sobre todo en los inmigrantes adultos de América Latina, cuyas vías de transmisión fueron la vertical, transfusión de sangre y trasplante de órganos.
Se ha demostrado que la detección de la enfermedad de Chagas en embarazadas o recién nacidos nos permite detectar nuevos casos en la población adulta, sus hijos y, debido al estudio del núcleo familiar, hermanos y parientes. Solo algunas ciudades o regiones de Europa Occidental han puesto en marcha programas de cribado en las madres y los recién nacidos para detectar la transmisión congénita.
La enfermedad de Chagas en la edad pediátrica cursa de forma asintomática en la mayoría de los casos. En esta serie de pacientes, solo uno presentó manifestaciones digestivas (megaesófago). Ninguno presentó alteraciones cardiovasculares en la clínica ni en el electrocardiograma.
Se trata de una serie de casos, por lo que la información aportada puede no ser completa respecto al espectro completo de la enfermedad o su tratamiento. Como ejemplo, si bien los resultados descritos no evidencian diferencias entre la aparición de eventos adversos y la edad, este hecho está demostrado. En una serie publicada en 2011 de 107 pacientes menores de 19 años, tratados con benznidazol, se observó una evidente diferencia en la aparición de los eventos adversos en relación a la edad. Los mismos fueron más frecuentes cuanto mayor era la edad del paciente al inicio del tratamiento. El evento adverso más observado fue la erupción cutánea1.
Además, la migración ha llevado a la aparición de casos de enfermedad de Chagas en regiones no endémicas, como los países europeos (por ejemplo, España, Francia, Suiza), EE. UU., Australia e incluso Japón, entre otros2-4.
La duración del tratamiento se ha establecido en 60 días por estudios clínicos realizados en niños mayores. Cabe destacar el informe de casos con respuesta a los 30 días de tratamiento. Se requieren estudios clínicos controlados para confirmar estos datos.
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