Artículo original: Cheetham T, Davies JH. Investigation and management of short stature. Arch Dis Child. 2014;99:767-71. |
Revisión encaminada al manejo diagnóstico de la talla baja desde un punto de vista clínico. Dicho enfoque está basado en el conocimiento del crecimiento normal del niño y sus variantes, y donde la recogida de una serie de claves a través de la anamnesis y la exploración física permitirá sospechar la mayor parte de las causas conocidas. Las claves que obligarían a una evaluación detallada incluyen, entre otras, la presencia de síntomas, el descenso de la velocidad de crecimiento, la constatación de rasgos dismórficos y la talla baja asociada a peso en percentiles normales o altos. En ausencia de estos, todo crecimiento de acuerdo con la talla media parental ajustada a sexo (talla diana o genética) o acorde con un antecedente de retraso puberal permitiría obviar un estudio diagnóstico exhaustivo y dar un mensaje tranquilizador a los padres.
La talla baja viene definida por una estatura menor de -2 desviación estándar (DE) (<p3) para edad, sexo y población. Solo uno de cada cinco niños que cumplen con esta definición presenta patología subyacente, cifra que asciende al 50% si la talla cae por debajo de -3 DE.
El riesgo de patología subyacente en un niño con talla baja es proporcional a su lejanía con respecto a la media poblacional o a su talla diana, ajustadas a edad y sexo; otros datos básicos sospechosos de patología pueden recogerse, de igual forma, en la valoración clínica inicial, a saber: el peso y la longitud al nacimiento (pequeño para su edad gestacional sin crecimiento recuperador antes de los cuatro años de vida), la velocidad de crecimiento por año conociendo los periodos en que esta puede variar fisiológicamente (menores de dos años y pubertad), el peso y su comparación con la talla (sobrepeso u obesidad concomitante hacen probable una endocrinopatía), la medición de segmentos (braza y talla sentado para despistaje de displasia ósea) y la constatación de posibles estigmas sindrómicos.
Ante cualquier talla baja inexplicable o sospecha de patología subyacente, según lo anteriormente expuesto, se requiere de un estudio preliminar que debe incluir la realización de un hemograma con marcadores inflamatorios, una bioquímica con bicarbonato, función renal y hepática, factores de crecimiento, función tiroidea, hormona paratiroidea (PTH), un despistaje de celiaquía y un cariotipo. La realización de otras pruebas complementarias dependerá de la presunción diagnóstica.
Las anomalías moleculares del eje hormona del crecimiento (GH) - factor de crecimiento insulínico 1 (IGF-1) son infrecuentes, aunque se conoce bien su fenotipo y perfil hormonal, pudiendo ser sospechadas en la valoración clínica inicial. Son mucho más frecuentes, por otro lado, las anomalías del gen SHOX, aunque aún no queda claro en qué situaciones debe analizarse.
Se trata de una revisión narrativa o de autor. Las características que la diferencian de una revisión sistemática son tratar un tema general y no un aspecto concreto de una enfermedad; no realizar una búsqueda bibliográfica explícita y exhaustiva; realizar un análisis cualitativo y no sistematizado de los resultados y la ausencia de un análisis de síntesis cuantitativa, si bien este último no siempre está presente en las revisiones sistemáticas.
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