Artículo original:
Panisello Royo JM. Probióticos y prebióticos en edad pediátrica: de la evidencia a la práctica clínica. Form Act Pediatr Aten Prim.2014;7:196-20
Prescribir probióticos ha devenido una herramienta más en el arsenal terapéutico en el campo de la Pediatría. Su utilización no está del todo incorporada a la práctica clínica diaria, a pesar de existir suficiente evidencia en varias patologías. Los conocimientos sobre su utilidad, no solo en la prevención, sino también en el tratamiento de múltiples enfermedades (y no solo de la esfera gastrointestinal), requieren y requerirán un esfuerzo de formación continuada. Por eso, este artículo presenta una revisión actualizada según criterios basados en la evidencia que nos permitan reflexionar sobre la utilización que de ellos hacemos.
Los probióticos han demostrado ser efectivos en el tratamiento de la gastroenteritis aguda vírica en niños sanos, así como en la prevención, que no en el tratamiento, de la diarrea asociada a antibióticos. Su utilización en neonatos de entre 1000 y 1500 gramos previene la enterocolitis necrotizante, aunque no el riesgo de sepsis. La suplementación materna con Lactobacillus en el embarazo previene la dermatitis atópica, aunque no disponemos de suficiente evidencia en cuanto a su utilidad en el tratamiento de la misma. La adición de probióticos como terapia coadyuvante al tratamiento erradicador de Helicobacter pylori mejora la tasa de erradicación, disminuyendo los efectos secundarios al mismo. En la enfermedad inflamatoria intestinal, en el síndrome del intestino irritable y en el tratamiento del cólico del lactante el grado de evidencia es mucho menor, por lo que son necesarios más estudios.
Los beneficios de los probióticos son cepadependientes, por lo que cada una de ellas debe ser estudiada individualmente, ya que los beneficios en una no se pueden extrapolar a otras.
Realice esta actividad para poder valorarla.