Las manifestaciones clínicas dependen de la edad, lugar, tamaño y de la forma de presentación. Los diagnosticados antes de los cinco años son los que más tienden a crecer, como verificamos en nuestro caso.
La forma más común de presentación es la megacefalia, como en nuestro paciente, presentando asimetría craneal y cefalea como síntomas iniciales. Le siguen en frecuencia el retraso mental/psicomotor, síndrome de hipertensión intracraneal, hemiparesia y tetraparesia.
La clínica puede aparecer por: compresión o irritación de estructuras vecinas, efecto de masa intracraneal, alteración en la circulación de líquido cefalorraquídeo (LCR) y efecto de un sangrado del quiste.
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