Artículo original: Patel RM, Kandefer S, Walsh MC, Bell EF, Carlo WA, Laptook AR, et al. Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child Health and Human Development Neonatal Research Network. Causes and timing of death in extremely premature infants from 2000 through 2011. N Engl J Med. 2015;372:331-40. |
Estudio en el que se analizan las causas de muerte de 6075 pacientes, el 27,3% de un total de 22248 recién nacidos vivos (RNV) con edades gestacionales entre 22 0/7 y 28 6/7 semanas, nacidos en hospitales del Instituto Nacional de Salud de EE. UU. (NICHD). Para el análisis de los resultados se dividen los diez años que engloba el estudio en tres periodos: 2000-2003, 2004-2007 y 2008-2011. Durante los años de estudio, se encontró una disminución global de la mortalidad en los pacientes prematuros extremos (258 por 1000 RNV en el periodo 2008-2011 frente a 275 por 1000 RNV en el periodo 2000-2003). Esta disminución se produjo fundamentalmente en la mortalidad asociada a patología respiratoria. También disminuyeron las muertes debidas a inmadurez, infección o lesión en el sistema nervioso central. Sin embargo, en este periodo temporal se observó un aumento de las muertes debidas a enterocolitis necrotizante.
Desde el año 2000 al 2011 los autores detectaron un aumento significativo en el porcentaje de madres que recibieron atención prenatal, corticoides (incluyendo pacientes de 22 y 23 semanas de edad gestacional) y a las que se les realizó una cesárea. Por otro lado, la frecuencia de recién nacidos que ingresan en la unidad neonatal con temperaturas inferiores a 36 °C, lo que se relaciona con un pronóstico adverso, disminuyó del 49,2% al 24,4% durante los años de estudio.
La mortalidad global no varió de manera significativa de los años 2000-2003 al 2004-2007, aunque disminuyó un 9,6% desde 285 a 258 por 1000 RNV de 2004-2007 a 2008-2011. La mayor disminución de mortalidad se produjo entre los recién nacidos de 23 y 24 semanas de edad gestacional, especialmente en este último grupo.
La mayoría de los fallecimientos se debieron a inmadurez (83 muertes por 1000 RNV), enfermedad de membrana hialina (64 muertes por 1000 RNV) e infección (54 muertes por 1000 RNV). La tasa de fallecidos debidos a causas respiratorias (enfermedad de membrana hialina o displasia broncopulmonar) disminuyó de manera significativa en el periodo 2008-2011. Por el contrario, aumentaron las muertes debidas a enterocolitis necrotizante.
La principal causa de muerte en las primeras 12 horas de vida fue la inmadurez. Para aquellos niños que sobrevivieron más allá de las primeras 12 horas, la principal causa de muerte fue respiratoria (enfermedad de membrana hialina). Entre los días 15 a 60, la principal causa de fallecimiento fue la enterocolitis necrotizante y más allá de los 60 días de vida la principal causa de muerte fue la displasia broncopulmonar.
Elevado número de pacientes prematuros extremos (más de 20 000 niños) recogido de 25 centros diferentes de EE. UU. Los datos fueron recogidos de manera prospectiva e introducidos por coordinadores de investigación entrenados. A pesar de que los investigadores disponían de definiciones cerradas sobre cada causa de muerte (aportadas en el apéndice), la debilidad principal del estudio es la posibilidad de errores en la clasificación de la causa principal de muerte y la ambigüedad inherente a ciertas definiciones como “enfermedad de membrana hialina” o “inmadurez”. Por otro lado, no es posible saber cuántos de los niños fallecieron tras adecuación del esfuerzo terapéutico. Tampoco se evalúa la mortalidad más allá del año de vida. Por último, como señalan los autores, los resultados pueden no ser trasladables a otras unidades neonatales en otros medios.
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