Al ser la infancia una etapa en dependencia de terceros, la relación clínica es triangular y con matices especiales que obligan al profesional a velar siempre por el bien del menor. La toma de decisiones es compartida y, aunque en general los padres o tutores conocen y desean lo mejor para el niño, en ocasiones surgen conflictos.
Un problema ético no es un problema religioso ni legal, sino un conflicto de deberes en la realización de un valor. Hay valores vitales, materiales, espirituales... y para todos los gustos.
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