Artículo original: Committee on Practice and Ambulatory Medicine, Section on Ophthalmology, American Association of Certified Orthoptists, American Association for Pediatric Ophthalmology and Strabismus, American Academy of Ophthalmology. Visual system assessment in infants, children, and young adults by pediatricians. Pediatrics. 2016;137:1-3. |
Artículo original: Donahue SP, Baker CN, Committee on Practice and Ambulatory Medicine; Section on Ophthalmology, American Association of Certified Orthoptists, American Association for Pediatric Ophthalmology and Strabismus, American Academy of Ophthalmology. Procedures for the evaluation of the visual system by pediatricians. Pediatrics. 2016;137:1-9. Pediatrics. 2016;137:1-9. |
La Academia Americana de Pediatría, la Academia Americana de Oftalmología, la Asociación Americana de Oftalmología y Estrabismo Pediátricos y la Asociación Americana de Optometristas han publicado en enero de 2016 unas recomendaciones oficiales (Policy Statement) sobre la valoración del sistema visual por los pediatras, en las que se describen los criterios y los métodos de cribado para detectar trastornos como las cataratas, el glaucoma, el retinoblastoma, el estrabismo o la ambliopía. Estas recomendaciones están complementadas con un informe clínico en el que se detallan los procedimientos de valoración disponibles para el pediatra de Atención Primaria.
¿Qué procedimientos se recomiendan para el cribado visual en función de la edad?
En recién nacidos y lactantes, la inspección ocular puede detectar trastornos como una ptosis o un estrabismo; el reflejo rojo permite detectar una catarata congénita o un retinoblastoma. Lo métodos automatizados, como el fotocribado, se pueden aplicar entre los 18 meses y los 3-4 años si están disponibles. El método de cribado que se recomienda a partir de los cuatro años es la valoración de la agudeza visual con optotipos.
¿Cómo se explora el reflejo rojo?
El reflejo rojo se valora en una habitación oscura, con el oftalmoscopio en 0 dioptrías y a una distancia aproximada de la longitud del brazo. Se enfocan ambos ojos simultáneamente, aunque el explorador puede acercarse al niño y valorar cada ojo individualmente. El reflejo debe ser idéntico en ambos ojos, de color amarillo-anaranjado en personas de ojos claros o rojo oscuro en personas de ojos marrones. Un reflejo amarillo o blanco, o la ausencia de reflejo, son indicativos de patología subyacente y deben ser remitidos al oftalmólogo. Las diferencias sutiles del reflejo entre ambos ojos pueden indicar un estrabismo o un error refractivo.
¿Cómo se evalúa la agudeza visual con optotipos?
Algunos niños son capaces de interpretar los optotipos a los tres años, pero se tiene más garantía de éxito a partir de los cuatro. A veces les cuesta menos señalar el optotipo correcto con el dedo en una lámina que dar una respuesta verbal. Se valora cada ojo por separado y es importante que la oclusión del otro ojo sea correcta, preferiblemente con un parche ocular. Los optotipos estandarizados (figura 1), como los HOTV o los de símbolos LEA, son los más adecuados. Los optotipos no estandarizados (figura 2), como los de figuras de Allen, son menos fiables y no se recomiendan. Hasta los cinco años, la distancia óptima de los optotipos es de tres metros. A partir de los seis años pueden usarse optotipos de tres metros o de 5-6 metros indistintamente. Para realizar el cribado es suficiente con ir directamente a la “línea crítica”, que varía en función de la edad: de 36 a 47 meses, línea de 20/50; de 48 a 59 meses, línea de 20/40 y, desde los 60 meses, línea de 20/30 (o 20/32 en algunos optotipos). No es necesario ir descendiendo de línea hasta llegar a la última que el niño pueda leer.
¿Cuáles son los criterios de derivación?
Las recomendaciones y el informe no están sustentados en una revisión completa de la evidencia, que hoy día se considera un prerrequisito para poner en marcha los programas de cribado. Algunas recomendaciones se basan en la opinión de expertos, sin datos de evidencia que las justifiquen.
En el informe clínico se describen diversos procedimientos de exploración, como la valoración de la motilidad ocular, la prueba de Hirschberg o la de tapar-destapar para valorar el estrabismo, o la oftalmoscopia. Su papel como método de cribado no está bien definido, aunque todo pediatra debe conocerlos pues forman parte de la exploración oftálmica.
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