Las exacerbaciones son frecuentes y la enfermedad puede cursar con brotes durante varios años. Típicamente se describe como una enfermedad benigna y de curso autolimitado.
El diagnóstico no resulta sencillo; por su escasa frecuencia es difícil establecer la sospecha. Esta entidad requiere plantearse un diagnóstico diferencial con otras entidades como la pitiriasis rosada, la psoriasis en gotas, los exantemas víricos, las reacciones medicamentosas y otras dermatosis que cursan con eccema. La biopsia cutánea no es necesaria en casos que clínicamente son evidentes, sin embargo, es útil para excluir otras enfermedades y obtener un diagnóstico de certeza previo al tratamiento.
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