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Estudio de primer nivel de la paciente

La mejor manera de establecer el diagnóstico diferencial en un caso de fiebre recurrente es la realización de una exhaustiva historia clínica y de una minuciosa exploración física, revaluándolas diariamente. De este modo podremos determinar las pruebas complementarias que nos vayan orientando en el diagnóstico. Este proceso es más acertado que iniciar un estudio no individualizado solicitando multitud de pruebas complementarias que pueden no aportarnos ningún dato concluyente.

De este modo estableceremos unas pruebas básicas iniciales comunes y otras según los hallazgos clínicos observados, debiendo realizar inicialmente las que descarten enfermedades frecuentes en nuestro medio.

Las pruebas complementarias iniciales solicitadas en la paciente fueron:

  • Hemograma con reactantes de fase aguda y velocidad de sedimentación globular (VSG): sin alteraciones.
  • Estudio bioquímico: sin alteraciones.
  • Urocultivo: negativo.
  • Hemocultivo: negativo.
  • Radiografía de tórax: sin evidencia de patología parenquimatosa pulmonar ni pleural.
  • Ecografía abdominal: sin alteraciones significativas.
  • Prueba de tuberculina: negativa.
  • Serologías, ya solicitadas por su pediatra. Citomegalovirus (CMV), VEB, parvovirus B19, toxoplasma, virus de la hepatitis A (VHA) y B (VHB), Legionella, Chlamydia.
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