La implementación de la hipotermia terapéutica en los centros fue progresiva, desde su inicio en 2008 hasta su implementación en el 60% de los centros terciarios en junio de 2015.

En todas las comunidades autónomas salvo en dos hubo al menos un hospital que hacía hipotermia activa, y un 26% de las unidades disponían de más de un dispositivo para realizar hipotermia activa. El análisis de equipos de hipotermia activa por número de recién nacidos vivos con encefalopatía moderada-grave y por número del total de recién nacidos vivos fue asimétrico, siendo Navarra y La Rioja, seguido de Murcia y las Islas Baleares, las comunidades con menor número de equipos por número de recién nacidos con encefalopatía hipóxico-isquémica.

El 95% de los centros realizaban hipotermia activa y lo hacían con sistemas servo-controlados mediante enfriamiento corporal total. Solo un centro, además de realizar hipotermia corporal total, disponía de un equipo de enfriamiento selectivo de la cabeza.

La implementación de esta intervención terapéutica en nuestro país no ha seguido un plan territorial estructurado, sino que ha respondido a la decisión de los neonatólogos con el apoyo de los gestores de cada hospital. El mapa de la distribución de los centros que disponen de esta terapia en nuestro país pone de manifiesto las importantes diferencias que existen en el reparto de dispositivos de enfriamiento. Si bien es cierto que Madrid y Cataluña disponen de un número elevado de aparatos, acorde al número de diagnósticos realizados, otras comunidades presentan importantes diferencias estando algunas mejor dotadas, como Castilla y León, frente a otras como Castilla-La Mancha, Andalucía o Aragón. Las diferencias en el tamaño entre comunidades y las distancias a los centros de referencia precisan soluciones alternativas, como colaboraciones entre comunidades próximas, a la hora de planificar racionalmente la asistencia de estos pacientes. Aunque otra opción pueda ser aumentar el número de hospitales que ofrezcan hipotermia, la baja incidencia, la complejidad asistencial y la necesidad de abordaje multidisciplinar en esta patología, donde la hipotermia es solo uno de los pilares, hace más conveniente centralizar la asistencia de estos niños en aquellos centros que ofrecen un abordaje integral.