Debe prestarse atención a la posible presencia de factores familiares y del contexto social que puedan interferir en la evolución del trastorno depresivo en el niño y adolescente (trastorno mental en los padres, problemas en las relaciones familiares o con iguales, situaciones de maltrato o acoso…), y en su caso indicar su tratamiento o establecer las medidas oportunas para la disminución de su impacto o su resolución.
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