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Puntos clave

  • Existen gran cantidad de causas que pueden originar neutropenia en Pediatría, siendo las infecciones agudas y los fármacos los desencadenantes más habituales dentro de las formas transitorias, y la causa autoinmune la más frecuente en las formas crónicas.
  • La expresividad clínica es muy variable según la intensidad, la duración y la causa de la neutropenia, desde formas asintomáticas en casos leves, hasta infecciones que pueden poner en riesgo la vida del paciente en las formas más graves.
  • El proceso diagnóstico de un paciente neutropénico comienza con una anamnesis y exploración física detalladas.
  • El segundo paso será confirmar la neutropenia mediante un nuevo hemograma. Si persiste, se realizará un frotis de sangre periférica.
  • El resto de las pruebas complementarias se orientarán en función de los datos anteriores. Se realizará estudio de médula ósea ante neutropenias persistentes, afectación de varias líneas celulares en el hemograma o detección de alteraciones morfológicas de los neutrófilos o presencia de células atípicas en el frotis de sangre periférica.
  • De igual modo, una vez recuperadas cifras normales de neutrófilos, hemos de comprobar que se mantienen al menos en dos ocasiones antes del alta definitiva.
  • Hemos de considerar el SMD como posible diagnóstico en niños con neutropenia, trombopenia, o anemia persistentes más de 3 meses, aunque por lo demás estén sanos. El diagnóstico se realizará mediante el estudio de la médula ósea.
  • La variante de SMD asociada a monosomía del cromosoma 7 (7q-) es la forma más frecuentemente encontrada y se relaciona con mal pronóstico.
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