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Artículo original:

Madigan S, Villani V, Azzopardi C, Laut D, Smith T, Temple JR, et al. The prevalence of unwanted online sexual exposure and solicitation among youth: a meta-analysis. J Adolesc Health. 2018;63:133-41.

RESUMEN

Revisión sistemática acerca de la exposición de menores de 18 años a material de contenido sexual en la red, así como a verse envueltos en la solicitud explícita de material sexual (información, participación en chats, imágenes) por parte de desconocidos de forma online. Se incluyeron 7 (37 649 participantes) y 9 (18 272 participantes) estudios en los metaanálisis de exposición y solicitud explícita de contenido sexual, respectivamente, con una edad media de 14 años (rango 12-16.5), 49% varones. La prevalencia media encontrada fue del 20% (intervalo de confianza al 95% [IC 95]: 17,1 a 23,4) para la exposición a contenido sexual no deseado, y del 11,5% (IC 95: 9,4 a 13,6) para la solicitud explícita. Pese al aumento en el uso de Internet y la generalización en el acceso a nuevas tecnologías y redes sociales, la tendencia es descendente en la actualidad. No se encontró relación con la edad o la localización geográfica (EE. UU. respecto a Europa), pero sí con el sexo, estando los varones más expuestos a requerimientos explícitos de contenido sexual a través de internet.

PERLAS CLÍNICAS

  1. ¿Es la exposición no deseada a material de contenido sexual un riesgo real entre adolescentes?

    La exposición no deseada, es decir en forma de imágenes publicitarias, ventanas emergentes con imágenes o vídeos de contenido sexual, correos tipo spam o enlaces a páginas de contenido sexual en la red, es una realidad para uno de cada cinco adolescentes y jóvenes en la actualidad. Uno de cada nueve se enfrenta a una invitación a participar en actividades no deseadas de contenido sexual por parte de desconocidos de forma online, ya sea mediante solicitud explícita de material sexual (intercambio de información, imágenes…), vía redes sociales, participación en chats o correo electrónico.

  2. ¿Existen factores geográficos o culturales que puedan ayudarnos a identificar perfiles de riesgo?

    No se encontró asociación entre edad y prevalencia de exposición. Si bien en la adolescencia temprana la inmadurez y la falta de recursos podría suponer un riesgo aumentado, este probablemente se compensa con el mayor tiempo de exposición conforme aumenta la edad, y una mayor curiosidad o atracción por contenidos de riesgo. Sin embargo, el estrecho rango de edades incluido en los estudios (12 a 16,5 años) nos obliga a interpretar con cautela las conclusiones en este sentido. Tampoco se encontraron diferencias en cuanto a origen o localización geográfica (Estados Unidos respecto a Europa), pero sí con el sexo, estando los varones más expuestos a requerimientos explícitos de contenido sexual a través de Internet.

  3. ¿Es un problema en aumento en la actualidad?

    A pesar del aumento en el acceso a Internet y el tiempo de uso (especialmente con la llegada de los dispositivos móviles y tabletas), tanto si hablamos de exposición a material de contenido sexual en la red, como si nos referimos al riesgo de verse envueltos en la solicitud explícita de participación en actividades de contenido sexual, tras un pico en incidencia en el año 2000, la tendencia es descendente en el tiempo. Probablemente en relación con la concienciación al respecto y las medidas de implementación de la seguridad en Internet.

  4. ¿Qué estrategias son más adecuadas para el abordaje de este problema?

    Junto con los cambios legislativos pertinentes y la implementación de medidas de seguridad informática, es necesario el desarrollo de programas de concienciación y formación parental y, muy especialmente, el desarrollo de programas de empoderamiento de los propios jóvenes: seguridad en la Red, relaciones interpersonales saludables, salud sexual, refuerzo de la autoestima y capacidad de autoafirmarse.

APUNTE METODOLÓGICO

La debilidad principal del estudio es la ausencia de una definición única para el encuentro accidental o exposición a material de contenido sexual en la red. El rango de edad de los participantes incluidos en los estudios es estrecho, y deja fuera a los preadolescentes, a los que se les presupone un riesgo elevado dada su inmadurez. Además, los autores alertan de un posible sesgo de publicación, todos los estudios incluidos excepto uno provienen de EE. UU., Canadá o Europa y los estudios en lenguas diferentes del inglés fueron excluidos.

EN PERSPECTIVA

  1. La exposición no deseada a materiales de contenido sexual en la red, junto con la solicitud explícita de material de contenido sexual (sexting), el grooming (engaño con fines sexuales), el ciberacoso y otros usos problemáticos de Internet son sin duda un problema emergente en nuestra sociedad. Estimar su prevalencia es una necesidad, y sin embargo resulta una pregunta compleja, pues es probable que la clasificación de “no deseado” de acuerdo con los propios adolescentes en los estudios infraestime la prevalencia encontrada. Estudios recientes sugieren que, con el acceso a los dispositivos móviles y las redes sociales, el envío de imágenes de contenido sexual o sexting es una práctica cada vez más común entre adolescentes1. Estas experiencias cibernéticas probablemente no están exentas de consecuencias a largo plazo, aunque no bien establecidas1-3. Un 25% de los jóvenes refiere estas experiencias como extremadamente desagradables y aunque no se conoce bien cuál puede ser el alcance, diversos estudios analizan el impacto negativo que la exposición a estos contenidos ejerce en la maduración sexual y la vivencia de la sexualidad a medio-largo plazo1,3.
  2. Con el aumento en el acceso y el uso de Internet a edades cada vez más tempranas, es fundamental la concienciación y el desarrollo de programas específicos de abordaje de la seguridad en la red, desde una perspectiva multidisciplinar. Esto incluye la promoción de cambios legislativos, la implementación de medidas de seguridad informática, programas de concienciación y formación parental y muy especialmente el desarrollo de programas de empoderamiento de los propios jóvenes: formación acerca de la seguridad en la red, las relaciones interpersonales saludables (con adultos, pero también entre jóvenes), educación sexual y refuerzo de la autoestima y capacidad de autoafirmarse4.
  3. Sin embargo, los datos proporcionados por este y otros trabajos recientes que han mostrado la eficacia de las medidas preventivas aconsejan seguir avanzando en las políticas de prevención multidisciplinar, haciendo hincapié en la identificación de jóvenes en situación de riesgo y el empoderamiento de los propios jóvenes1,3,4. Sin duda, estos objetivos deben incluirse entre los objetivos de prevención de salud en Pediatría. Teniendo en cuenta la velocidad a la que se producen los cambios en relación con las nuevas tecnologías, es probable que los datos queden desactualizados en un margen breve de tiempo, por lo que es fundamental mantenerse al día, y seguir avanzando en la investigación de estos fenómenos1.

Bibliografía

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