Artículo original:
Coté CJ, Wilson S; American Academy of Pediatrics; American Academy of Pediatric Dentistry. Guidelines for monitoring and management of pediatric patients before, buring, and after sedation for diagnostic and therapeutic procedures. Pediatrics. 2019;143:e20191000.
Se trata de un excelente informe elaborado por la Academia Americana de Pediatría y la Academia Americana de Dentistas Pediátricos, con las directrices para garantizar la seguridad en los procedimientos de sedación en niños. El objetivo de este documento de actualización es unificar las guías de actuación sobre sedación pediátrica utilizadas por médicos y dentistas, sugiriendo métodos para mejorar la seguridad y los resultados, aportando información sobre las modalidades de monitorización. Los autores destacan que, para realizar un procedimiento de sedación seguro, es preciso un abordaje sistemático, insistiendo fundamentalmente en la evaluación presedación de los riesgos con relación al paciente seleccionado, contar con personal capacitado y entrenado en el manejo de la vía aérea y disponer de un equipamiento adecuado. Además, refieren, entre otros aspectos, que es preciso un conocimiento profundo de los fármacos empleados, disponer de un área de recuperación y tener organizada la atención de una posible emergencia.
Los objetivos deben estar centrados fundamentalmente en el paciente y son: salvaguardar su seguridad y bienestar, minimizar la incomodidad física y el dolor, controlar la ansiedad, minimizar el trauma psicológico, maximizar el potencial de amnesia del procedimiento, modificar o controlar los movimientos para permitir el desarrollo seguro del procedimiento y devolver al paciente al estado que permita el alta de la supervisión médica, atendiendo a criterios estandarizados. En este último punto, una norma general útil es que el paciente debe permanecer despierto durante al menos 20 minutos en un área tranquila.
Las condiciones generales para poder realizar procedimientos de sedación fuera de quirófano o de unidades especiales como unidades de cuidados intensivos, incluyen la valoración de las características del paciente candidato a ser sedado, en general pacientes clasificados como ASA I y II, la existencia de información sobre el acompañamiento por familiares antes, durante y después de la sedación, y es importante que sean dos personas si el niño será llevado de vuelta a casa en coche, colocado en una silla de retención, la preparación y el número suficiente de personal sanitario para realizar el procedimiento y su monitorización, una adecuada organización de la respuesta a posibles complicaciones y emergencias, disponer de los equipos y monitorización precisos y de la documentación necesaria para ser cumplimentada antes, durante y después de la sedación. Además, aunque la posibilidad de aspiración es muy remota, para procedimientos de sedación electivos, se deberán dar instrucciones sobre el ayuno que no difieren de los recomendados para la anestesia, especialmente las 6 horas para sólidos.
Para realizar un procedimiento de sedación seguro, lo más importante es disponer de un abordaje sistemático. Los autores proponen un acrónimo que permitiría tener el mismo punto de partida y lista de comprobación para cada procedimiento. El más utilizado en su entorno es el acrónimo SOAPME que representa lo siguiente: S, Size, equipo de aspiración y sondas de tamaño adecuado; O, Oxygen, una adecuada fuente de oxígeno con caudalímetro; A, Airway, material adecuado para el manejo de la vía aérea y ventilación (cánulas orofaríngeas, mascarillas y bolsa de ventilación, mascarillas laríngeas, laringoscopios, tubos endotraqueales, etc.); P, Pharmacy, fármacos básicos para resucitación y agentes antagonistas; M, Monitors, monitor electrocardiográfico, pulsioxímetro y capnógrafo, con sondas de diferentes tamaños; E, Equipment, equipamiento o fármacos para situaciones particulares, por ejemplo un desfibrilador.
Se definen los 3 niveles de sedación, mínima, moderada y profunda, estableciendo los requerimientos para cada uno de ellos, advirtiendo que siempre hay que prever que se puede alcanzar un nivel de sedación superior al previsto. Resulta muy útil que se detallen los requisitos de personal y monitorización para cada uno de los niveles de sedación.
Se trata de un informe basado en una revisión bibliográfica amplia, actual y rigurosa y sus recomendaciones deben ser tenidas en cuenta por todos aquellos equipos que quieran realizar procedimientos de sedación en niños. Sin embargo, en algunos aspectos puede haber dificultades para la aplicación en nuestro entorno. Algunos de los requerimientos son de máximos, muy adaptados a la normativa y legislación norteamericana. Contemplarlos en su totalidad podría dificultar la introducción de los procedimientos de sedación en otros países como el nuestro, privando a los niños del confort necesario durante procedimientos tan comunes como la reparación de heridas, retirada de cuerpos extraños, punciones diagnósticas o procedimientos traumatológicos.
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