La esplenectomía está entre las opciones de segunda línea de tratamiento en las PTI crónicas, con al menos 2 años de evolución, refractarias a otras opciones, debido a la tendencia en la evolución natural a la remisión en la enfermedad pediátrica y a que supone un riesgo de por vida de sufrir infecciones graves por microorganismos capsulados.

El mantenimiento de un tratamiento crónico con corticoides, aun a dosis bajas, conlleva efectos secundarios importantes, sobre todo en niños, a veces irreversibles sobre el crecimiento y a otros niveles, por lo que debe acotarse su empleo por periodos cortos como rescate exclusivamente en las formas crónicas.

El rituximab es una opción también reservada para segunda o tercera línea debido a los efectos adversos agudos inmunoalérgicos potenciales relacionados con la infusión y a la descripción de cuadros de leuncoencefalopatía grave asociada a su administración.

Tanto romiplostin como eltrombopag, tienen actualmente indicación en ficha para PTI crónica infantil. Desarrollados en los últimos años, han mostrado una evidencia de respuesta en PTI crónicas con una mejoría en la clínica y la calidad de vida de los pacientes, con un perfil de riesgo inferior al observado con los otros tratamientos, por lo que en estos momentos ocupan la primera línea en el tratamiento del paciente que nos ocupa.