No es correcta.

La atresia intestinal ocurre como consecuencia de un accidente vascular intrauterino que conduce a la isquemia y necrosis del intestino, con la resorción subsecuente del segmento afecto^1,2. La incidencia de atresia yeyunoileal se acerca a 1:1000 nacidos vivos, y es la primera causa de obstrucción intestinal neonatal.

En la mayoría de los casos se manifiesta por la presencia de vómitos biliosos y ausencia de deposiciones; sin embargo, la radiología de la paciente es típica y diagnóstica de otro cuadro clínico. En nuestro caso existen otros elementos del laboratorio que no van a favor de este diagnóstico.

No es correcta. Se cree que la atresia de duodeno ocurre debido a una falta de recanalización en torno a la octava o décima semana de edad gestacional. En la mayoría de los casos, el sitio de obstrucción ocurre periampular, por lo que el debut clínico suele ser con vómitos de contenido bilioso y distensión de hemiabdomen superior. Una radiografía abdominal con instilación de aire como contraste, si fuera necesario, es suficiente para confirmar su diagnóstico, observando la imagen típica de doble burbuja abdominal. Esta paciente cuenta con datos muy a favor de una atresia duodenal; sin embargo, en la exploración la distensión abdominal es difusa, y existen signos de afectación sistémica, como febrícula, anemia e hiperbilirrubinemia indirecta, que no concuerdan con el diagnóstico de atresia duodenal aislada.

No es correcta. En el neonato con íleo meconial no complicado existe distensión abdominal y vómitos biliosos en las primeras 24-48 horas con ausencia de deposiciones. Sin embargo, radiológicamente se apreciaría dilatación de asas proximales a la obstrucción con distribución heterogénea de gas y no una imagen de doble burbuja. Cabe mencionar que la prueba de elección tanto diagnóstica como terapéutica para el íleo meconial es el enema con contraste hidrosoluble en el que se aprecia un microcolon por desuso y defectos de repleción. En nuestro caso, la anemia no va a favor de este diagnóstico.

Respuesta correcta.

La imagen típica de doble burbuja, los vómitos biliosos y la ausencia de deposiciones orientan al diagnóstico de atresia duodenal. Sin embargo, desde el nacimiento, la paciente presentó distensión abdominal difusa y una anemia con hiperbilirrubinemia indirecta que no responde a los tratamientos convencionales, lo cual hace sospechar de la existencia de patología asociada.

Se realizó una laparotomía exploradora en la que se evidencia importante ascitis serohematica, múltiples adherencias y la presencia de atresia duodenal y vólvulo del intestino medio con necrosis que compromete todo el intestino delgado hasta 1 cm de la válvula ileocecal. Se realizó una exéresis del intestino afecto y una ileostomía terminal. En el postoperatorio se normalizaron los valores de hemoglobina; se mantuvo con nutrición parenteral hasta los siete meses de vida, momento en que se realizó un trasplante multivisceral en el centro de referencia, con evolución satisfactoria. Son escasas las publicaciones que hacen mención de la asociación de la atresia duodenal con el vólvulo del intestino medio intraútero; sin embargo, el dato clínico fundamental al que hacen mención y con el cual coincidimos corresponde a la anemia refractaria al tratamiento y la distensión abdominal difusa³.

Cabe destacar la necesidad de realizar pruebas adicionales a la radiografía de abdomen, como la ecografía abdominal, que es diagnóstica del vólvulo de intestino medio en más del 90% de los casos. Se recomienda en todos aquellos pacientes donde la clínica sugiera algo más que una atresia duodenal aislada.