Residente de Pediatría. Centro de Salud La Candelaria. Sevilla
Manuel Fajardo Cascos:
Radiólogo. Servicio de Radiología. Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla
Cómo citar: Agámez Luengas SN, Fajardo Cascos M. Lesión radiológica torácica redonda en un niño con fiebre y disnea. En Imagen de la semana. Continuum 2014. [en línea] [consultado el 24.12.2024]. Disponible en http://continuum.aeped.es
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Figura 1. Radiografía anteroposterior de tórax en la que se visualiza una imagen paravertebral izquierda, bien definida, con contornos lisos y uniformes, de diámetro mayor craneocaudal, sugestiva de masa mediastínica posterior.
Fig 1. Radiografía anteroposterior de tórax en la que se visualiza una imagen paravertebral izquierda, bien definida, con contornos lisos y uniformes, de diámetro mayor craneocaudal, sugestiva de masa mediastínica posterior.
Niño de siete años de edad, sin antecedentes personales de interés, que acude por presentar fiebre de 40 °C de tres días de evolución, dolor abdominal y vómitos. Posteriormente, aparece dificultad respiratoria progresiva y decaimiento.
En el examen clínico se objetiva frecuencia cardiaca de 112 lpm, frecuencia respiratoria de 24 rpm y temperatura de 38,8 °C. La auscultación pulmonar es normal. Se le realiza un hemograma, con los siguientes resultados: leucocitosis y neutrofilia (23 000/ml; 83% neutrófilos y 12% linfocitos); hemoglobina, 10,4 g/dl; hematocrito, 37%; plaquetas, 240 000/ml; y proteína C reactiva, 76 mg/l. Se realiza asimismo una radiografía de tórax, que se muestra en la figura 1.
Según los hallazgos clínicos y las pruebas complementarias aportadas, ¿cuál sería su diagnóstico?
Respuesta correcta.
La neumonía redonda es más frecuente en menores de ocho años que en otras edades. El agente causante suele ser el Streptococcus pneumoniae (90%). Clínicamente, su presentación es súbita, con fiebre alta, tos, dolor pleurítico y afectación del estado general. Radiológicamente, se presenta como opacidad redonda de 2 a 3 cm de diámetro, con márgenes lisos o lobulados no bien definidos, en la periferia del parénquima pulmonar y con más frecuencia en el lóbulo inferior. Puede presentarse con broncograma aéreo y generalmente son lesiones solitarias. Puede requerir otros estudios, si las características clínicas no son consistentes con un proceso neumónico, si las opacidades redondeadas no se resuelven después del tratamiento antibiótico apropiado o si hay sospecha de otras entidades con signos radiográficos de origen no pulmonar1.
Salcedo Chávez M, Alva López LF, Sotelo Robledo R, Peña Mirabal ES, Lule Morales MS, Falcón Solís V. Quiste broncogénico: reporte de dos casos y revisión de la literatura. Rev Inst Nal Enf Resp Mex. 2004;17:35-41.
Amat Villegas I, Lobo Morán C, Vaquero M. Malformación adenomatoidea quística pulmonar: actualización de la entidad a propósito de cinco casos. Cir Pediatr. 2008;21:46-8.
En nuestro caso fue necesario realizar una tomografía computarizada pulmonar, por la posibilidad diagnóstica de que se tratase de un neuroblastoma (figura 2).
Fig 2. Tomografía computarizada torácica, con ventana de mediastino (partes blandas) a nivel del corazón, en la que se confirma una lesión de densidad de partes blandas, paravertebral izquierda, con un broncograma aéreo en su interior, lo cual es compatible con consolidación pulmonar
No es correcta.
El neuroblastoma es un tumor de estirpe neural, más frecuente en menores de cinco años. En la mayoría de los casos puede ser asintomático y encontrarse como hallazgo casual en una radiografía de tórax, o bien puede presentarse con síntomas respiratorios (tos seca, irritativa, dificultad respiratoria), neurológicos (ptosis palpebral, anisocoria, claudicación de miembros inferiores), adenopatías, síndrome constitucional (anemia, dolor, astenia, anorexia, crisis de sudoración y febrícula prolongada) y compromiso vascular (síndrome de la vena cava superior). La sintomatología depende de la compresión e infiltración de los órganos vecinos. En la radiografía de tórax se identificaría como una imagen radioopaca homogénea, con bordes bien definidos en el mediastino posterior, con o sin calcificaciones en su interior2.
Salcedo Chávez M, Alva López LF, Sotelo Robledo R, Peña Mirabal ES, Lule Morales MS, Falcón Solís V. Quiste broncogénico: reporte de dos casos y revisión de la literatura. Rev Inst Nal Enf Resp Mex. 2004;17:35-41.
Amat Villegas I, Lobo Morán C, Vaquero M. Malformación adenomatoidea quística pulmonar: actualización de la entidad a propósito de cinco casos. Cir Pediatr. 2008;21:46-8.
No es correcta.
Los síntomas del quiste broncogénico se presentan por causas compresivas o infecciosas. Los síntomas respiratorios se deben a la compresión de la vía aérea: disnea (principalmente durante el periodo neonatal o en lactantes), tos, estridor, sibilancias, hemoptisis y disfagia, que se exacerban al comer o llorar; algunos niños hiperextienden el cuello para liberar la vía aérea. En la radiografía de tórax se suele observar una lesión quística única de 2 a 4 cm de diámetro, de contornos lisos y bien definidos, con pared delgada y densidades de contenido líquido, o bien ensanchamiento mediastínico con desplazamiento de las estructuras torácicas adyacentes. Generalmente, su tamaño permanece sin aumentar, a menos que se agregue un proceso infeccioso por el que podría observarse un nivel hidroaéreo. Ante infecciones respiratorias (neumonías) recurrentes o síntomas crónicos como tos, sibilancias, estridor y/o cualquier imagen radiológica patológica persistente, especialmente en la infancia temprana, obliga a descartar una malformación broncopulmonar3.
Salcedo Chávez M, Alva López LF, Sotelo Robledo R, Peña Mirabal ES, Lule Morales MS, Falcón Solís V. Quiste broncogénico: reporte de dos casos y revisión de la literatura. Rev Inst Nal Enf Resp Mex. 2004;17:35-41.
Amat Villegas I, Lobo Morán C, Vaquero M. Malformación adenomatoidea quística pulmonar: actualización de la entidad a propósito de cinco casos. Cir Pediatr. 2008;21:46-8.
No es correcta.
Las manifestaciones de la malformación adenomatoidea quística pulmonar congénita aparecen en el 60% de los casos durante la etapa neonatal, con distrés respiratorio inmediato, y otro 20% en los primeros meses de vida. A veces puede ser asintomática y descubrirse en una radiografía de tórax en cualquier momento de la vida. Las lesiones suelen localizarse en el hemitórax izquierdo, son bilaterales y unilobulares. Rara vez afecta a todo un pulmón. Se caracteriza por neumonías de repetición, neumotórax espontáneo, bronquitis obstructiva o dolor torácico. El aspecto radiológico depende del tipo patológico, la edad del paciente y la presencia de complicaciones (infección sobreagregada).
Se presenta como una masa con densidad de líquido, que desplaza las estructuras del mediastino, y en cuyo interior se aprecian múltiples imágenes quísticas de varios tamaños con niveles hidroaéreos4.
Salcedo Chávez M, Alva López LF, Sotelo Robledo R, Peña Mirabal ES, Lule Morales MS, Falcón Solís V. Quiste broncogénico: reporte de dos casos y revisión de la literatura. Rev Inst Nal Enf Resp Mex. 2004;17:35-41.
Amat Villegas I, Lobo Morán C, Vaquero M. Malformación adenomatoidea quística pulmonar: actualización de la entidad a propósito de cinco casos. Cir Pediatr. 2008;21:46-8.
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