El eccema dishidrótico es una erupción vesicular que cursa en brotes, intensamente pruriginosa, y afecta a las palmas, la región dorsolateral de los dedos y las plantas. Las lesiones varían desde vesículas pequeñas hasta grandes ampollas a tensión, que persisten semanas y se resuelven con descamación.

El manejo incluye evitar factores desencadenantes y emplear medidas de protección de la piel. En casos moderados-graves se pueden emplear corticoides tópicos o sistémicos e inhibidores de calcineurina tópicos¹.

La dermatitis alérgica de contacto es una respuesta de hipersensibilidad desencadenada tras el contacto de la piel con una sustancia a la que se estaba previamente sensibilizado (plantas, metales como níquel, cosméticos, etc.). Se presenta como una placa eritematosa indurada y escamosa, muy pruriginosa, en la zona de contacto. En casos graves se aprecian vesículas y ampollas. La exposición crónica desencadena la liquenificación, con persistencia del prurito².

El diagnóstico es clínico y puede confirmarse con test epicutáneo o histopatología³. El tratamiento incluye erradicar la causa y resolver la inflamación mediante corticoide tópico y, si existen signos de sobreinfección, antibiótico tópico⁴.

La quemadura solar es una respuesta inflamatoria aguda y autolimitada (3-7 días) de la piel a una exposición excesiva a radiación ultravioleta (UVA y UVB). Se presenta como eritema, incluso vesiculación y edema en casos graves, acompañado de aumento de sensibilidad de la piel. El diagnóstico se basa en la clínica y la historia de exposición solar. El tratamiento pretende disminuir la inflamación y calmar el dolor (compresas frías, geles de aloe vera, antiinflamatorios no esteroideos, etc.) y en casos graves puede precisar ingreso para rehidratación intravenosa⁴.

La fitofotodermatosis es una reacción fototóxica secundaria a exposición tópica a unas sustancias denominadas furocumarinas, de estas los psoralenos y las angelicinas son las más comunes y están presentes en plantas como la higuera, apio o perejil y frutos como el limón o la lima. Por si solas son inactivas, pero seguidas de exposición a radiación UVA pueden inducir reacciones de fotosensibilidad.

La presentación típica, 24 horas tras la exposición solar, incluye eritema, edema y ampollas de configuración lineal o figurada en zonas de piel fotoexpuestas que tuvieron contacto con la planta. Las lesiones pueden ser dolorosas o pruriginosas, posteriormente evolucionan hacia zonas de hiperpigmentación.

El diagnóstico incluye anamnesis detallada y un examen de piel completo. El manejo se basa en eliminar el agente causal y tomar medidas de protección solar. Adicionalmente se pueden aplicar compresas frías, emolientes o corticoides tópicos. En caso de afectación severa se plantearán la analgesia y los corticoides sistémicos⁵.